Capítulo 27

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Último capítulo

BEA

Algo cálido acariciaba mi piel, algo que me obligaba a abrir los ojos y ver a ese amor que nunca he tenido y que ahora reluce en mi vida. Ese amor llamado Jaden... Aunque a mi me gusta llamarlo como mi pijo romántico.

—Buenos días, pitufina —saludo con esa voz ronca y grave que me dejaba totalmente flácida en cada parte del cuerpo. Eso solo lo he sentido con él, esa sensación de querer más y más.

—Buenos días —acompañé sonriendo lo máximo que podía. Nadie puede culparme, no soy mucho de sonreír por las mañanas.

Me eché para arriba con la ayuda de sus manos y pude darle ese beso corto mañanero que te hace sentir viva. Me encanta que se comporte conmigo como nunca ante nadie lo ha hecho. Me gusta sonreír sin tener que estar discutiendo por algo cada segundo.

—¿Qué quieres desayunar? —preguntó alzando su brazo para coger el móvil.

—No sé...

—Pide lo que quieras —comentó desbloqueando la pantalla, la cual tiene también mi huella registrada—. Para la reina de mi vida, lo que sea necesario.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente y mi sangre comenzó a crear sus propias carreras con aquella palabra que interpuso entre nosotros. Me había llamado la reina de su vida, una reina de su vida.... Reina...

—¿Qué te pasa? —preguntó sacándome de la línea de pensamiento que me desarrolle yo sola con una palabra insignificante. Aunque esa palabra decía mucho en la boca con la que era utilizada.

—Nada... —respondí volviendo a esa parte de mí que me sigue diciendo que todo lo bueno pasará. Es lo que pasa en mi vida; todos se van y ninguno se queda cuando mi vida toma caminos duros y diferentes al resto.

—¿Te ha gustado que te llame de esa forma, reina de mi vida? —preguntó de nuevo, haciendo que volvería a ese estado de latidos incontrolables. Lo sabía, me amas y mucho.

Lo miré y él echó la cara hacia delante para volver a estallar sus labios con los míos. Esos labios eran maravilla en mi vida, era la sensación misma de vivir, de soñar, de seguir luchando por aquello que quiero.

—Bien —soltó volviendo la vista a la pantalla del móvil—. Hay miles de desayunos, eligiendo uno tú.

Me pasó el móvil y empecé a revisar diferentes desayunos. Me daba mucha vergüenza escoger un desayuno caro, por lo que me tiré a las ofertas. O por lo menos lo intente, ya que Jaden lo descubrió y frunció el ceño.

—Escoge el desayuno que quieras —declaró levantándose para ponerse a mi lado y vigilará lo que escogía—. El dinero contigo no es ningún problema.

Suspiré por dentro, para qué él no lo escuchara, y empecé a buscar algún desayuno medio; ni tan caro ni tan barato. Jaden quiere uno caro y yo uno baja rato, salía fuego medio estará perfecto para ambos.

Mientras buscaban el desayuno perfecto, Jaden se puso a juguetear con mi pelo. No me gustaba que me tocasen el pelo, pero con él era diferente. Con él todo daba igual, todo era felicidad y comodidad.

—Veo que eres mitad castaña —soltó entrando todo mi cuerpo en tensión.

Miles de recuerdos se agruparon en mi mente. Izan solo quería que mi pelo se conservará de ese color rubio, que no tuviera ningún rastro de un color castaño ya que no me favorecía lo suficiente. Nunca he entendido que hay de malo en un color que en otro, es mucho mejor tener esa bonita combinación, pero Izan siempre lo veía como algo de burla.

Todas mis lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora