Capítulo 11

7.6K 295 38
                                    

BEA

«Te quiero», dos palabras que piden hacer para tu mundo, pero no de amor, sino de miedo. No quiero que alguien se enamore ni quiera a una persona que no ha aprendido a vivir por sí sola en la vida, que no ha aprendido a defenderse ni a tener una simple conversación con un extraño si no empieza él.

Puede que esas dos palabras solo sean amigas y no otro camino, eso me daría algo más de tranquilidad.

La respuesta a esas dos palabras era sencilla: yo también siento algo extraño por él, algo nuevo, pero no puedo dejar que tal ceguera inunde mis ojos y vuelva a caer en un pozo sin fondo. Nunca he soltado un «te quiero», nunca he sentido la necesidad de decirlo.

Ahora, ahora es el momento en el que le tengo que devolver tales palabras, pero no me atrevo, No soy capaz de destruir a alguien diciendo dos simples palabras que piden significar un mundo.

No me siento suficiente para alguien tan perfecto y completo como Jaden. Él necesita a alguien que esté a su altura, no a una persona que traga sus propias lágrimas por miedo a represalias.

—Me tengo que ir a trabajar. —Eso fue lo único que solté una vez se acabó la canción.

Él asintió con una gran sonrisa apagada en su rostro.

Me sentía muy mal por no poder decir lo mismo que él me dijo a mi, pero me da miedo de destruirlo y no volver a saber nada de él...

Joder, me da miedo alejarlo de mí con mis dramas y mis pesadillas...

Nunca me he sentido más viva que ahora, nunca he sentido la necesidad de abrazar a una persona durante tanto tiempo, nunca he sentido la necesidad de no salir corriendo intentando no ser cazada.

—Te llevo —anunció Jaden sacándome de mis pensamientos, mientras me agarraba de la mano y comenzaba a caminar tirando de mí.

Las manos unidas era un gran gesto, un gesto de importancia, de cariño...

Lo miré varias veces mientras caminábamos hacia la moto, lo mire con la valentía de soltar aquellas dos palabras, aquellas dos palabras que podía herirnos a ambos.

Abrí la boca para decirlo, para hacerle sentir igual de bien, igual de libre...

«Nunca dirás nada que demuestre amor porque no sabes lo que es amar y aprovechar lo que tienes a tu lado», las duras palabras de Izan resonaron en mi cabeza e hicieron que me callara.

Calle mi propia alma, mi propio corazón, con tal de no hacer sentir a Jaden de una forma que pudiera ser corrompida en cualquier momento con mis acciones.

Con una gran sonrisa en sus labios me extendió el casco de la moto.

¿Por qué sonríe tanto conmigo y no con los demás?, ¿por qué Valeria se había quedado impresionada por la sonrisa de su nieto?, ¿por qué Mark tenía que ser tan duro con él a veces?... todas esas preguntas resonaban en mi cabeza durante todo el día, sin encontrar respuesta.

El viento azotaba mi pelo, el poco pelo que sobresalía del casco... En verdad, era un pelo largo, por lo menos cerca del culo...

Llegamos a la universidad y mi sonrisa se extendió cuando noté como Jaden me agarraba de la cintura cuando me bajé de la moto para poder despedirme de él.

Todas mis lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora