Enemigo o amigo

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Me quedé esperando a que se dignara a decir algo pero se mantuvo callado observando ese estúpido programa y me aburrí rápidamente, me alejé y subí a mi habitación, le coloqué el seguro a la puerta por si acaso.

Harry me estaba empezando a asustar más que cuando llegó.

Me coloqué unos audífonos y me puse a escuchar música mientras abrazaba uno de mis peluches.

Cerré mis ojos pero mi mente solo seguía recordándome los sucesos extraños de la noche anterior y su relación con Harry, estaba casi segura de que él era el causante de todo.

No le encontraba otra explicación, pero me estaba doliendo la cabeza de tanto pensar.

Me quedé sumergida en la música en mis oídos,  Darkside de Alan Walker y empecé a cantar mientras tocaba mi oso de peluche.

Alguien tiró de mi audífono y solté un grito, casi caigo de la cama. Abrí mis ojos como platos, Harry estaba sentado en mi cama como si fuera de lo más normal y mi corazón empezó a latir tan fuerte, me levanté y corrí hacia el escritorio, tomé una pluma de mi porta lápices y lo apunté con ella.

Elevó una ceja como si no le causara el más mínimo temor.

— ¿ Cómo entraste ? — Exigí con voz temblorosa, tomó mi peluche — Suelta a Osito.

Se rió — ¿ Osito ? ¿ Es en serio ? — Lo dejó a un lado.

— ¿ Cómo entraste ? — Me alejé más cuando se levantó — La puerta tiene seguro.

— Soy hábil, tengo trucos — Susurró como si fuera algo misterioso — Tienes que prometerme que no le dirás nada a nadie sobre lo que haz visto.

Me quedé callada, sosteniendo la pluma tan fuerte.

— ¿ O qué?

Se encogió de hombros y me acorraló.

— El desenlace dependerá de ti Anne Bernad, lo dejo a tu criterio — Sus ojos brillaron al posarse en los míos.

Alguien tocó el timbre de la entrada y hice ademán de pasar corriendo pero se interpuso.

— No hemos terminado de hablar.

— No estamos hablando, me estás amenazando.

— Esa es tu interpretación — Dijo con expresión de fiera.

— Soy buena captando indirectas — Me crucé de brazos — Ahora déjame pasar — El timbre volvió a sonar pero Harry no se movió — Necesito ver quién es.

— Es tu novio — Dijo y me quedé desconcertada.

— ¿ Cómo rayos lo sabes ?

— En éste momento está sacando su teléfono para llamarte — Dijo y el teléfono en la cama se iluminó, gracias a los audífonos no sonó pero desde mi posición pude ver el nombre del contacto y si era Yered.

Obviamente esto no era un simple truco.

Intenté esquivarlo para llegar pero se movió de nuevo y no me dejó.

— ¡ Maldita sea, déjame salir ! — Grité, empujándolo pero no se movió ni un centímetro — Con más razón debo abrirle a mi novio para que te dé una paliza.

Resopló — Dudo que lo logre.

— ¡ Anne! — Lo escuché gritar desde el jardín, me acerqué al balcón y observé por el pequeño espacio de la cortina, estaba observando hacia la ventana, tomó una piedra pequeña y la aventó al cristal.

Hice ademán de abrir pero Harry me tomó de la muñeca.

— Si lo haces me verá aquí y no creo que tengas una explicación inocente de esto — Me observó con arrogancia, tiré de mi brazo pero no me soltó.

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