No sirvió de nada ir a la iglesia con Yered, llevaba casi dos horas en el confesionario con el sacerdote, mientras que yo esperé sentada en uno de los blancos. No hubo nadie, solo una señora con un rosario, rezando arrodillada.
Observé las velas encendidas frente a la cruz.
La iglesia era penumbrosa y fría, con aire misterioso y lleno de eco. Incluso en aquel lugar, me siento desprotegida, es como si ese algo que falta se hiciera más ausente.
Me levanto y voy hacia las velas.
Tomo un cerillo y lo coloco en la llama de una de las velas, para encender una de las que están apagadas.
No era devota, pero la desesperación me tenía en un hilo y mientras encendía aquella vela, pedí con todas mis fuerzas salir de la confusión, hallar la respuesta a lo que nos sucedía a todos, que la confusión se disipara, también por mi ex, para que sanara.
Yered salió del concesionario y observó hacia mí.
Se acercó lentamente hasta detenerse a mi lado.
— ¿Qué estás haciendo?
— Elevando súplicas, pedí para que todo se aclarara y aunque no seas de mi agrado, también pedí por ti — Dejé el cerillo donde estaba.
— Gracias por ser tan noble — No hubo sarcasmo — ¿No vas al confesionario?
— No, el sacerdote no tiene las respuestas que necesito.
— ¿Qué quieres saber?
Apreto la boca en una línea, ante la pregunta tonta.
— Quiero saber que es lo que sucedió en la iglesia y porque recuerdo algunas cosas antes de ese evento y otras no.
— Lo mismo que todos, pero al menos tu no escuchas voces y que no recuerdes es mucho mejor que lo mío.
— ¿Cómo te fue?
— Confesé todos mis pecados y hablé de las voces, el sacerdote trató de convencerme de que es debido a culpabilidad de todos los pecados que he cometido — Dijo, no muy animado, tirando del gorro para cubrir su rostro — Que se arreglará pronto, con muchos rezos y confesiones.
— ¿Funcionó? — Lo observé con mi ceja alzada.
— No, pero el peso en mí se siente más ligero, no sabía que confesar las faltas diera una sensación de paz — Sus ojos ya no tenía el peso de antes, pero aún así estaban inquietos.
— Vaya y pensar que antes eras ateo.
— Sigue siendo así.
— Por eso insisto que un psicólogo te ayudará.
Empezamos a caminar hacia la salida.
— Lo voy a considerar — Se llevó una mano al pecho — De verdad siento mucho lo que te hice, quisiera que me perdones y tal vez darme una segunda oportunidad.
Puse los ojos en blanco, sabía que iba a insistir.
Me detuve en medio del pasillo para observarlo.
— Puedo perdonarte, pero no volver contigo.
El dolor se asomó en su mirada.
— Entiendo, Anne. Al menos me deja tranquilo el que no me odies — Se acarició la nuca.
Sonrió en agradecimiento.
— Debo volver a casa.
— Anne ¿No sientes como si te quemas por dentro?
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Guardián de la Penumbra
Misteri / ThrillerUn hombre de ojos esmeraldas brillantes y sobrenaturales, de una belleza sin igual, misterioso, candente y arrogante, aparentemente es solo un hombre con bellos atributos ¿ Qué hay detrás de Harry? ¿Qué secretos oculta ? La verdad saldrá a la luz cu...