Podía seguir sintiendo su respiración cerca de mi, más de lo que quisiera.
—Esa estúpida garrapata tuya, ¿Qué tan lejos la mandaste?—Pregunto inclinando la cabeza.
—No te importa Satoru, no entiendo porque de pronto tanto interés.— Al terminar de hablar decidí agregar más distancia entre nosotros, empujandolo con mis manos sobre su pecho.
Sabía lo que hacía, este idiota lo hacía cada que podía, cada vez que sentía que me alejaban de el, se alejaba y después llegaba a reclamar como si tuviera algún derecho. Aunque, está vez era diferente, siempre lo hacía de formas "divertidas" o con sus típicos chistes, esto lo sentía como un extraño... ¿Coqueteo?
—Tu y yo tenemos asuntos pendientes Kyoko.
—Si, de hace unos... ¿Diez años? — Ahora que lo decís en voz alta sonaba algo raro, decir que el momento en el que inicio todo fue hace diez años.
En el que inicio ese algo en el que los dos sabemos que no somos nada pero sabemos que hay algo que por más que se pueda ir por un tiempo siempre termina volviendo por más que yo intenté huir de ello.
—Pues parece que diez años no son suficientes para ignorar todo esto, tal vez yo te aleje primero pero tú siempre te aseguras de mantener esa distancia y no se porque, si por mi lado no hay una sola noche en la que no me acueste pensando en ti y en lo estúpido que fui.
—Idiota.—No le di tiempo de decir algo y me aleje de él, caminando por lo largo del pasillo.
Quería estar lejos de el, lo más que podía, odiaba que hiciera que mi corazón se acelerara después de escuchar eso pero no me podía permitir caer de nuevo porque incluso Shoko sabe cómo me afectó lo que hizo y que el deje un poco de su gran orgullo de su lado (Que fue lo que provocó que me alejara en un principio) no significa nada. Podía seguir conviviendo con el como grandes amigos pero si ahora estaba tratando de revivir algo, unas simples palabras no le servirían de nada.
Había aguantado sus muchas indirectas durante años pero esto es algo más que una indirecta.
Cuando finalmente deje de sentir su energía maldita a menos de cinco metros me permití relajarme.
—Idiota.— Solté en un suspiro.
Satoru Gojo es un completo idiota, ¿Por qué ahora, después de tanto tiempo está dispuesto a dejar de lado lo que hizo que me alejara en un inicio? ¿Qué es lo que ha cambiado?
Aunque me estoy adelantando, ni siquiera se si está dispuesto a dejar de lado su ego y orgullo, estoy haciéndome escenarios por solo unas simples palabras.
"No hay una sola noche en la que no me acueste pensando en ti y en lo estúpido que fui"
Se sintió lindo escuchar eso, peroo ¿Cómo puede decir eso? ¡Cómo si no supiera su historial con las mujeres! Estoy segura que los hombres se aseguran de mentir cada que respiran.
Y entre tanto pensamiento decidí ir a mi departamento para estar sola y poder pensar con tranquilidad sobre ese idiota peliblanco que colmaba mi paciencia cada que podía.
—Que mal educado eres Satoru Gojo.— Hablé trás sentir su energía en mi departamento. — No debes entrar a la propiedad de la gente solo porque puedes.
—¡Un día me dijiste que tu casa era mi casa!
Que literal se lo tomo. Eso se lo dije por pura cortesía.
—Bueno, solo vine a decirte mi querida Kyoko que no te molestes conmigo, te lo suplico.
Esa sonrisa socarrona que hizo al hablar me hizo saber que tenía algo entre manos.
—Satoru Gojo—
Tenía que admitir de cierta forma, que a pesar de que Kyoko siempre mantuviera esa pizca de rencor contra mi, ya me era normal e incluso la entendía pero no podía tolerar que se molestará conmigo.
Bien, ni siquiera sabía si realmente estaba molesta conmigo actualmente pero bien dicen que hombre precavido vale por dos.
Ví como agrandaba sus bellos ojos verdes al ver al trío de chicos entrar detrás de mi por la puerta principal. Cosa que preferiría que Kyoko ignorara, ya que se cuestionaría como abrieron la puerta sin tener llaves y eso realmente es algo insignificante.
—¡Perdone al profesor Gojo o nosotros nos deprimiremos!— Gritaron de una forma exagerada Nobara e Itadori al unisono en el momento en el que entraron al departamento.
—Perdonalo, solo para que deje de estar de insoportable.— Agrego Megumi entrando detrás del dúo.
Le di una gran sonrisa a la pelinegra, esperando una respuesta.
Entendería si no lo hiciera, pero no sería culpa mía, si no de estos tres mensos que no saben seguir indicaciones en un plan. Se suponía que sería increíble y estoy muy decepcionado de ellos.
—¿Perdonarte por qué?
—Por existir.— Respondieron Megumi y Nobara.
Que amables mis queridos alumnos.
—¡Ven! Les dije que no tenía nada de que molestarse, si yo nunca le doy motivos.
Sentí a todos en este lugar en mi contra porque no tardaron ni dos segundos en dirigirme miradas incrédulas.
—No me crean si no quieren, pero es la verdad.
Kyoko nos terminó echando de su departamento de una forma horrorosa, ¡es imposible que una persona sea tan grosera como ella!
—Es una grosera, cruel y cero empática, yo podría estar muriendo y ella estaría feliz comiendo donas en mi funeral.— Dramatice al llegar a la escuela con mis fieles alumnos.
—Solo dijo que tendría muchas razones para estar molesta y que quería dormir.— Explico Nobara.— Nunca parare de decir que quiero ser como ella de grande.
—No, no quieres. Es una amargada.— Aunque así la quería.
Lo he decidido, dejaré de ser un completo idiota y cambiaré, dejare mi orgullo y ego de lado por ella, ya perdí demasiado tiempo y no quiero tener treinta años y darme cuenta que la amo más que a mí mismo. Algo bastante difícil a decir verdad porque yo me amo demasiado.
Cambiaré y la haré feliz por qué lo único que quiero en este mundo es verla feliz, incluso si tuviera que arrodillarme ante ella para que me creyera, lo haría y mañana le pediré la oportunidad.
Y si me la da, la miraría a ella y solo a ella, sin siquiera pensar en mirar a alguien más.
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