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Habiamos estado observando a los chicos cuando de pronto todos los talismanes que informaban si una maldición era eliminada se incendiaron. Eso causo que el ambiente de tensara, ¿Qué había pasado?
—¿Qué...?— Dijo Utahime espectante.— ¿El juego ha terminado...? ¡Y todos son rojos!
Cierto, los talismanes se incendian cuando una maldición es eliminada y dependiendo del color tendríamos una idea de que parte fue; el rojo es de Tokyo y el azul de Kyoto, sin embargo si se detecta poder espiritual no reconocido también será rojo.
—Es extraño, ninguno de los cuervos vio nada.— Agregó Mei.
—Me gustaría fanfarronear acerca de que los alumnos del gran profesor gojo y compañía, claro.— Hizo una pausa para señalarme y continuar.— Los exorcizo a todos pero..
—El poder espiritual no reconocido también está programado para encender de color rojo.— Le interrumpí.
—Una persona de fuera... ¿Un intruso?— Sugirió dudosa Utahime mientras entrecerraba los ojos ligeramente.
—¿Acaso la barrera del profesor Tengen no está funcionando?— Cuestionó Mei.
—Sin importar si son de dentro o de fuera, está situación es algo inesperada.— Agregó el viejo; corrijo, el director Gakuganji.
Si ya estaba preocupada, ahora lo estoy más, los chicos no están preparados si es que los intrusos son parecidos (o son los mismos) a los que atacaron a Satoru.
El director Yaga comenzó a dar indicaciones, me indico que fuera con Utahime, Satoru y el director.
—Me encantaría ayudar, en serio pero... ¿No puedo quedarme con Mei Mei?— Pregunté sonriente, con una mirada de súplica.— O... iré.
Acepte, Yaga ya me miraba con esa mirada como las que me daba cuando aún era mi profesor. No quería ir, no por no querer ayudar a los chicos, solo no quería ir con Gojo.
—¡Vamos Hanari!— Me gritó burlón Satoru, alargando la última sílaba de mi apellido.
Ahora que lo pienso, estoy actuando demasiado inmadura, ¿Cómo se me ocurre siquiera el hecho de negarme a ir con los chicos solo por el?.
Íbamos los cuatro apresurados, al llegar a la cortina notamos que Satoru era repelido.
