¿Cómo puedes diferenciar la realidad de una simple ilusión?
Tratar de sobrevivir a la escuela es tarea fácil, pasar desapercibido es una tarea más difícil para Bulma. Seguir con su vida rodeada por la soledad ha sido el trabajo que se ha propuesto.
...
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Ahora era capaz de alejarse y volver, eso le permitió en parte no asistir algunas clases e ir al gimnasio para quemar energias, según él.
Mi clase de literatura fue clásica, leer Orgullo y Prejuicio no es algo que me guste, me encanta. Soy una romántica en el interior.
Al terminar el profesor, guarde todas mis cosas y salí del aula, buscando con la mirada a Vegeta, sabiendo que a veces estaba cerca cuando terminaba clases.
Pero en lugar de eso, lo que vi fue un círculo de personas, gritaban fuertemente y no dejaban de sorprenderse.
Cuando me acerque lo supe.
Era una pelea.
Y Vegeta esta ahí.
Me abrí paso con desesperación entre la multitud, mientras él estaba sobre un joven que conocia, se trataba de Yamcha, lo estaba golpeando con todas sus fuerzas.
— ¡Para, Vegeta! ¿¡qué demonios haces!? — grité, pero eso no sirvió.
No fue hasta que de un golpe lo hizo sangrar en la boca, agarro el cuello de su camisa y habló con un odio que solo había leído en él; — como que vuelvas hacerlo y te aseguro que desearas que te mate. — su voz fue casi siniestra.
Lo soltó, para luego levantarse, su rostro estaba golpeado y se acercaba directamente a mi, — Bulma... — negué ante él.
— ¿Qué demonios te pasa? ¡dijiste que te controlarías! — exclamé, llamando la atención de todos.
Ante eso, les lanzo una mirada mortal y tomó mi mano, alejándome hasta donde tuvimos privacidad. Me solté de su agarre. — déjame explicarte.
Lo interrumpí. — ¿quieres a caso qué te lleven? ¿o qué se enteren de todo?
— Estas siendo paranoica.
— ¡No! Lo que menos quería era que golpearas a alguien solo porqué no te agrada.
De pronto sentí que agarro mis brazos y me acerco peligrosamente, — ese imbécil se lo merecia, te prometí que no causaría alborotos, pero ese bastardo... — se detuvo un segundo. — Ese bastardo merece es que lo mate.
Y tal como en las páginas sus ojos se oscurecieron con sed de sangre.
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