¿Cómo puedes diferenciar la realidad de una simple ilusión?
Tratar de sobrevivir a la escuela es tarea fácil, pasar desapercibido es una tarea más difícil para Bulma. Seguir con su vida rodeada por la soledad ha sido el trabajo que se ha propuesto.
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Y luego del primer beso, llegó la tormenta, el pánico crecio en mi interior, mi mente solo se preguntaba en que momento él desaparecería, cuando despertaría y él ya no estuviera.
Eso genero pesadillas en mi.
No era un simple amor, ha sido el amor que aceleraba mi pulso mucho antes de existir.
Su tranquilidad me agobiaba, ahora mis nervios me consumían.
Pero, sentirlo abrazarme por la espalda, verlo demostrarme su amor de una forma casi torpe lograba que yo me sintiera más segura.
Sujete sus manos sobre mi pecho, pegándolas más a mi, recoste mi cabeza en su corazón, — ¿cuando supiste qué yo te encantaba? — pregunté burlona.
Su risa ronca me reconfortó. — cuando vi que fuiste capaz de golpearme.
— Estaba asustada, no me juzgues.
— No lo hago, me gusta que te defiendas.
Y luego de ese momento, sentí una rara sensación, por un momento creí que alguien nos miraba pero trate de ignorarlo.
Me llevo a comer helado, supo cual era mi favorito, presto atención hasta el mínimo detalle.
Leer libros con él es un simple deleite.
Ver el atardecer lo vuelve especial.
Pero todo eso solo me provoca miedo, se apodera de mis momentos de soledad transformándolos en nuestros, volviéndolos especiales y haciéndome desear con tantas ganas de que sean eternos.
Ver cuando toma mi mano inconscientemente mientras lee, me dan unas enormes ganas de llorar.
Porqué el amor de mi vida esta ahí, ahí frente a mi, amándome como yo, latiendo igual que yo.
Solo quiero que esto sea eterno.
Quiero que Vegeta sea eterno.
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