¿Cómo puedes diferenciar la realidad de una simple ilusión?
Tratar de sobrevivir a la escuela es tarea fácil, pasar desapercibido es una tarea más difícil para Bulma. Seguir con su vida rodeada por la soledad ha sido el trabajo que se ha propuesto.
...
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— ¿No deberían estar tus padres en casa? — pregunto con curiosidad, mientras caminábamos hacia la escuela.
Conseguir la ropa para este chico malo no fue difícil, pues me gusta comprar prendas de chicos y rediseñarlas para mi. Pero sabría que notaria algo, la soledad de mi casa, suspire. — mis padres solo viajan.
Rodeé mis ojos, él sujetaba su mochila con fastidio. — ¿es acaso necesario esto?
— Por supuesto, debemos ir.
— No sé convivir con muchas personas, creí que lo sabias.
— Antes estabas solo, ya no.
— La soledad es tranquila, las multitudes despiertan mis deseos asesinos. — y de reojo pude ver la sonrisa ladeada que tenía.
Pienso igual, muerdo mi labio desviando esos pensamientos y niego con mi cabeza. — no es necesario pensar así, solo entraremos a mi primera clase, ya hable con el director y puedes entrar como una persona normal, falsique tu expediente, Vegeta Ouji, eres muy bueno en matemáticas.
Una risa ronca salio de sus labios, ladeé para verlo, se veía tan jodidamente atractivo que puedo jurar que el mundo se detuvo por un segundo, el sol brillaba y mi corazón latia por él, — eres extremadamente peligrosa, Bulma. — oh dioses, ¿por qué mi nombre sonaba tan bien en su voz?
Fingí enojarme, dándole un empujón suave, — ¡solo me adelanto un paso! — me defendí sin dejar de verlo.
Me detuve por un momento y él me imito, nos quedamos en medio de la cera, debajo de un hermoso árbol de cerezo del cual caían sus flores.
Me sentí como una quinceañera en estos momentos, en donde tan solo eramos nosotros dos.
¿Era demasiado pronto?
Pero yo te he amado por años, daría lo que fuera por ti.
— Vegeta...
Dio un paso hacía mi, quedando realmente cerca, — ¿y según tu expediente qué soy para ti? — parpadeo un par de veces, tratando de volver a la realidad.
— Mi primo...
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