¿Cómo puedes diferenciar la realidad de una simple ilusión?
Tratar de sobrevivir a la escuela es tarea fácil, pasar desapercibido es una tarea más difícil para Bulma. Seguir con su vida rodeada por la soledad ha sido el trabajo que se ha propuesto.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mis labios formaron una linea en ese momento, — ¿creerás en mi después de qué lo diga? Me conoces hace un segundo pero yo lo hago hace casi una vida, la primera vez fue cuando entraste a la escuela, tu caminar resono en el pasillo, pero tus manos manchadas de sangre no dejaron que notaras las miradas... — he leído tantas veces esa historia solo porqué me moría por él y ahora frente a mi, no puede detener los latidos de mi corazón.
Su ceño se contrajo, — ¿cómo lo sabes? ¡dímelo! — su desesperación era evidente.
Un suspiro se me escapo y por un momento tan solo deje que mi enamoramiento se callara. Baje mi mirada, — hace mucho leí un libro, uno en donde un chico crecía bajo el maltrato de su padre, un infierno, uno que creo a un villano, ese muchacho a pesar de tener la oportunidad de ser cualquier cosa tomó un cuchillo y le rebano el cuello mientras dormía, — nuevamente lo enfrente, viéndolo directamente. — ahora ese personaje esta frente a mi, tal como lo imagine.
Sus ojos se abrieron por un segundo, procesando lo dicho y pude notar que le costaba creer lo que decía, su respiración estaba agitada, negó, — mientes, imposible... — murmuro consternado.
— ¡no! Porqué aún en medio del caos de tu vida, siempre fuiste lo mejor del lugar.
— ¡Yo soy real, entiendelo!
— ¡Para mi siempre lo haz sido, Vegeta! — me paralizo ante lo dicho y cubro mi boca con mis manos, mis sentimientos nuevamente hablaban por mi.
Su gesto se endureció, acercándose peligrosamente hacia pero no retrocedí, me enderece viéndolo directamente, — ¿y según tú cómo salí del maldito libro? — inquirió.
— No lo sé... En serio que no, por eso te lo pregunte. ¿Qué es lo ultimo qué recuerdas?
— Estaba con Lazulí.
— ¿La rubia despampanante? — levante una ceja.
— ¿Algo más qué conozcas de mi, mujer? — su rostro quedo a tan solo unos centímetros del mio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.