¿Cómo puedes diferenciar la realidad de una simple ilusión?
Tratar de sobrevivir a la escuela es tarea fácil, pasar desapercibido es una tarea más difícil para Bulma. Seguir con su vida rodeada por la soledad ha sido el trabajo que se ha propuesto.
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Se alejo... Quiza vuelva, yo en serio espero que si.
La oscuridad cubre la escuela, quedarme hasta la noche no fue difícil, esconderme en la biblioteca y llorar todo lo que pude fue un completo desahogo.
Pero aún me duele.
No me fui... Esperando que él volviera.
Me he enfocado tanto en ser normal, en seguir las reglas que fui una estúpida con él.
Abrace mis piernas, mientras aún estaba sentada en el suelo, junto al estante cerca de la ventana. La luz de la luna cae sobre mi y solo puedo ver mis pies.
Mis ojos estan hinchados de tanto llorar.
Y solo puedo suplicar en mi mente que él vuelva.
De pronto un ruido me sobresalta, trato de ver a través de la oscuridad, unos pasos resuenan y una figura se hace presente; — ¿Vegeta? — mi corazón latio con fuerza.
Unos pasos más y se hizo presente ante mi, la luz descubrió su rostro creando una gran desilusión, — Oh, Yamcha... — murmure amargamente.
Su gesto era duro, pude ver los golpes y la sangre seca en su rostro, sin esperarlo sonrió. — no deberías estar aquí.
Levanto mis hombros. — creo que tú tampoco deberías, además estoy esperando a alguien.
Una risa se le escapo, mientras sus manos seguían en su bolsillo. Me vio desde arriba. — ¿esperas a tu noviecito?
Aclare mi garganta incomoda. — mira, no sé que paso entre ustedes, pero luego de la pelea lo mejor es que te vayas.
No esperaba que de un movimiento rápido se inclinara y me sujetara con fuerza del cuello, cortandome la respiración en un jadeo, en sus ojos vi una ira casi demoniaca, me apreto con fuerza acercándome más, — ¡ah! ¡maldito! — enterré mis uñas en sus antebrazos, pero nada lo movía.
Ladeó su rostro con burla, una risa casi maniaca se le escapo, se acerco más, posando sus labios en mi oído, — ¿nunca haz sentido esa sensación de qué alguien te esta observando constantemente? — me paralice por un breve segundo.
— ¿qué? — un quejido se me escapo.
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