¿Cómo puedes diferenciar la realidad de una simple ilusión?
Tratar de sobrevivir a la escuela es tarea fácil, pasar desapercibido es una tarea más difícil para Bulma. Seguir con su vida rodeada por la soledad ha sido el trabajo que se ha propuesto.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ignorando el dolor de mi cuerpo, con fuerza pateé su rodilla, logrando que se retorciera de dolor. Me arrastre en el suelo, queriendo huir mientras en mi carne los vidrios se adentraban y me hacían sangrar.
— ¡Maldita perra! — con fuerza tiró de mi tobillo, llevándome de nuevo hacia él. Grité con fuerza y me removí, todo mi cuerpo estaba siendo cortado por el cristal y dolía.
De pronto se subio sobre mi cuerpo y me inmovilizó, su rostro estaba cerca del mio. Me aleje de su boca, observando hacia un costado, — los recuerdos... Tenerte así, es de lo mejor... — de pronto lamió mi mejilla, dándome un estremecimiento de lo peor.
Trate de removerme, pero no lo lograba, ni mis rodillas podía mover. Mi mente se lleno de pensamientos en donde él terminaba ahogado con su propia sangre, pero los elimine rápidamente. Lo único que se me ocurrió fue golpear su cabeza con la mía rompiéndole la nariz.
El dolor me recorrió, pero fue secundario cuando él al fin me soltó.
Tosí un poco, mientras lo veía retorcerse en el suelo. No tarde nada en incorporarme para tomar mis cosas y huir.
Mis manos temblaban y estaban cubiertas de cortes junto a mi sangre, guarde todos mis libros, hasta que lo escuche de fondo hablar, sonando totalmente enfermo y soy consciente que eso en parte es culpa mía; — estuve detrás de ti, siendo tu sombra, dándote poder cuando solo eso querías, lo alejé de ti por miedo a tus sentimientos, fui con quien cogías cuando eso querías, me enferme voluntariamente solo por ti y cuando ya estoy lo suficientemente loco para matar a cualquiera por ti, ¡ya no me recuerdas! ¡no recuerdas nada y eres otra persona! Ese maldito accidente te cambio y ahora me odias... — la carga de odio en sus palabras me paralizaron, él tenía razón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.