Kenai

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Acorralo a la mujer que hace que mi hijo sea feliz al salir de su cuarto después de dejarle dormido. 

- señor Asher...

- quiero hablar con usted - digo imponente. 

Suspira cansada. 

- seré breve - añado sin saber por qué. 

Trabaja para mí, debe acatar mis órdenes. 

Me mira y asiente. 

- quiero saber todos los cambios que debo hacer para tener a mi hijo como lo ha tenido hoy 

- ¿perdón? 

- ya he encargado todos los peluches suaves del catálogo de la tienda de juguetes Disney 

- esto... 

- quiero que me diga qué más hacer 

- señor 

La miro impaciente. 

Ella aprieta los labios. 

- no se trata de nada material, sino al estar 

El aire de mis pulmones sale exasperado. 

- a qué se refiere ahora 

- se ha sentido así con él porque estaba allí, acompañándonos... estando - me dice como si me dijera lo más obvio del mundo pero con tono calmada y nada prepotente. 

Tenso la mandíbula. 

- mi trabajo me impide estar más tiempo con él 

- pues aproveche los pocos momentos juntos, haga que valgan la pena y no solo esté por estar 

- no sé qué quiere decir 

Ella suspira mirándome esperanzada. 

- tan solo... pase todo el tiempo que pueda con él... intente estar en sus primeras veces 

Miro a otro lado frustrado.

- póngale un nombre - dice en bajito al fin. 

Mis ojos se clavan en ella con intensidad.

Ella se estremece, pero me mantiene la mirada. 

Desde mi altura, parece vulnerable y frágil. 

Pero no lo es. 

Maia es más que una mujer fuerte y que no se deja intimidar. 

Poderosa. 

- ¿no tiene ningún nombre pensado? 

Suspiro algo derrotado por ese tema. 

Es vergonzoso e inadmisible que un bebé de un mes de edad no tenga un nombre. 

La miro molesto. 

- no

- podría pensar en uno.. 

- no quiero nombrarle 

- por qué 

Callo. 

Me aguanto qué decir. 

- no es asunto suyo 

- lo es cuando soy su niñera y no sé todavía ni cómo dirigirme a él 

- es un bebé de apenas un mes, señorita Maia, no le entiende ni le entendería si le llama por un nombre

- no pienso igual 

Entrecierro los ojos. 

Me fascina cuando se atreve a contradecirme. 

Millonario se enamora de quien menos se lo esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora