Maia

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¿Es demasiado rápido decir que estoy enamorada?

Sí, lo es. 

Pero creo que lo estoy. 

Y aunque fui yo quien dijo de ir poco a poco, cada vez me siento ansiosa de más. 

Los días pasaron y las muestra de amor de Kenai no dejaba de cesar. 

Es más, no dejaban de aumentar hasta el punto de que me ha hecho desarrollar una necesidad a él o eso creo. 

No puedo dejar de mirarle, de querer abrazarle, de apoyarme en su pecho...

No exageró cuando dijo que era amoroso o cursi.

Lo es de verdad. 

Siempre que puede me abraza, o me coge de la mano, me masajea el pelo o me besa el cuello o las mejillas. 

No puede tener sus manos fuera de mí y eso me encanta. 

Me enamora cuando se da toda la prisa del mundo después de trabajar para estar con nosotros o cuando nos hace videollamadas largas estando él en su oficina o cuando canceló dos viajes de trabajo porque prefería estar con nosotros y podía permitirse enviar a otra persona.

El trabajo seguía siendo su mayor prioridad. 

Pero... 

Creo que Izán va en camino de superarlo y quién sabe... puede que yo también... 

Me sonrojo de solo pensarlo. 

Pero nunca había visto esta faceta de Kenai. 

Afectuoso, considerado y protector. 


Por otro lado, yo no soy capaz de dejar de pensar en él. 

Corro a la cama para poder dormir abrazada a Kenai. 

Por el día y con Izán finjo no tener dependencia a sus brazos, pero por la noche... los ansío tanto que no sé cómo he podido dormir tantos años de mi vida sin él. 

...

Mi razón intenta hacerme entender que no debo enamorarme tan pronto de nadie. 

Pero jamás me he sentido así con nadie. 

En ninguno de los largos nueve años de casada con Raúl me he sentido tan especial. 

Es extraño. 

Muy extraño. 

Al principio, Kenai era idiota, frío, duro y severo. 

Dios sabe que tenía miedo, y mucho. 

Pero ahora me doy cuenta de que lo que muestra es una fuerte coraza que esconde quién realmente. 

Y que podo a poco, nos está dejando, a Izán y a mí, poder ver por dentro y descubrir la maravillo persona que es realmente. 



¿Me he atrevido a venir a su oficina para darle una sorpresa?

Sí. 

¿Me arrepiento? 

Creo que sí. 


Los nervios me comen viva. 

Creí que podría hacerle ilusión ver a Izán cuando termina su jornada.

Pero...

Este sitio es enorme. 

La empresa de Kenai consta de uno de los rascacielos más altos del país. 

Millonario se enamora de quien menos se lo esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora