Maia

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Sonrío y beso al bebé en su tripita mientras lo termino de secar con la toalla después de su baño diario. 

Este balbucea divertido y animado. 

- oh, oh... pareces muy despierto tú, eh, pues siento decirte que te toca tu biberón y a la cama a dormir... - le beso de nuevo. 

Este niño me da mucha vida. 

Ya es hora de noche. 

Hemos pasado el día jugando y divirtiéndonos juntos. 

Todavía es muy pequeño, pero poco a poco noto cambios, ahora reconocer mi voz, enfoca y me sigue con la mirada, tiene más fuerza en sus manitos y las controla mejor... 

Sonrío enamorada y muy enternecida. 

Le remuevo la toalla secándolo mientras este balbucea animado. 

Todavía no puede sonreír ni reír, es muy pequeño aún.

Pero puedo percibir que le gusta y está contento. 

Es raro de explicar, pero... lo siento así. 

Le vuelvo a dar besitos en su cuerpecito terminándolo de secar. 

Ahora le pongo su pijamita blanco. 

Toda su ropa es monocromática, blanco, blanco y más blanco. 

Suspiro. 

Por eso le pedí al señor Asher que fuéramos de compras. 

Entonces, como si de una invocación por pensar en él se tratara, se abre la puerta y entra él. 

Traje de diseño, negro, impoluto. 

Porte elegante, poderoso. 

Pelo peinado. 

Su mirada seria en mí haciendo arde de nuevo. 

Me pone nerviosa cuando estoy con él y los momentos tensos de ayer no ayudaron. 

Verle tan de cerca... 

Susurrando sus palabras. 

Mirándome detenidamente, posando su atención en mi labios... 

Cuando me acarició mis mejillas, o cuando me agarró del brazo deteniéndome de irme. 

Si creía que su mirada me consumía, su toque me mata por completo. 

Suspiro volviendo al bebé y no darle importancia al intruso.

- no me mire así

- ¿así cómo? - respondo haciéndome la tonta. 

- como si no me quisiera aquí

- yo no he dicho eso, solo creo que podría llamar antes de entrar...

Oigo que se acerca.

Pero yo mantengo mis ojos en el bebé. 

- es mi casa señorita Maia 

Inspiro profundamente. 

- lo sé, señor Asher, me lo recuerda todo el tiempo 

Termino de cerrar el pijama del pequeño. 

Pasa sus ojitos de su padre a mí con curiosidad.

Giro la cabeza y veo que el señor Asher mira a su hijo atento. 

- hola pequeño 

- podría venir a verlo antes no justo cuando tiene que dormir 

Millonario se enamora de quien menos se lo esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora