Maia

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Parpadeo alucinada varias veces al ver mi cuenta bancaria después de recibir mi primer sueldo como niñera del hijo del señor Kenai Asher. 

10.000 euros. 

Wow. 

Por un momento pensé que sería una broma. 

Pero es cierto. 

Por otro lado, se encargó de pagar los meses restantes de alquiler de mi habitación estipulado por mi contrato de permanencia. 

Y ya tuve mi primera cita con el abogado de divorcios que me recomendó y no solo eso, sino que que encima afronta los gatos. 

Yo entiendo que sea muy rico, ¿pero esto es normal?

Admito que me siento un poco abrumada con todo. 

Estos meses están siendo una montaña rusa en mi vida. 

Lo perdí todo y ahora tengo un sueldo desproporcionado. 

Pero encima de todo. 

No puedo adorar más mi trabajo. 

Izán se ha convertido en tan solo poco más de un mes, en mi persona favorita del mundo. 

Le quiero mucho y siento que él también confía en mí. 

He creado un vínculo con ese pequeño que hasta diría que me asusta. 

Me asusta porque puede que un día tenga que despedirme. 

Y no creo que esté preparada ni que lo pueda estar nunca. 


Por otro lado está su padre. 

El señor Asher. 

Kenai. 

Hasta ahora no he tenido la oportunidad de llamarle por su nombre como él me pidió que lo hiciera cuando no esté trabajando. 

Y eso es porque nos evitamos. 

Sí. 

Nos evitamos. 

Y es muy notorio. 

Después de los momentos algo íntimos y tensos que vivimos... los dos llegamos a la conclusión por nuestra cuenta de que lo mejor es mantenernos lejos el uno del otro. 

Lo nuestro es solo una relación de trabajo. 

Jefe-empleada. 

Nada más. 

No puede ser nada más. 

¿Admito que me moría por probar sus labios? Sí. 

¿Que no he dejado de pensar por las noches cómo sería si esa vez nos hubiésemos besado? 

¿Qué sentiría al decir su nombre en alto? 

La piel se me eriza de solo pensarlo, mi mente se nubla y mi cuerpo se calienta instintivamente. 

Es por eso que lo mejor que podemos hacer es evitarnos y no hablar si no tiene nada que ver con Izán.


Camino muy deprisa con Izán al despacho de su padre sin importarme nada. 

Estoy muy emocionada. 

¡Feliz! 

¡Pletórica! 

Me doy más y más prisa. 

No pienso en nada más que ver al señor Asher y enseñarle una cosa. 

Millonario se enamora de quien menos se lo esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora