Millonario se enamora de quien menos se lo esperaba

Kenai

Serena entra a mi despacho a entregarme varios informes que le pedí. 

- ¿Señor Asher? - dice profesional. 

Yo sigo tecleando en mi ordenador concentrado. 

Oigo como carraspea la garganta. 

- ¡SEÑOR ASHER! - me sobre salto por un instante y cierro los ojos canalizando la irritación que me produce que haga eso. 

Alzo una ceja y miro a mi enloquecida, pero también servicial, secretaria.

- dime Serena 

- antes de irme... ¿puedo quitarme la máscara de secretaria aburrida por un segundo? 

Resoplo. 

- qué remedio

- ¡bien! - sonríe y se acerca hasta sentarse con toda la confianza del mundo en mi mesa. - ¿qué hay entre Maia y tú? 

Parpadeo sin cambiar mi expresión. 

- no sé de qué me hablas 

- ¡venga ya! - se queja. - ¿tú también vas a hacer como si no pasara nada? se nota a kilómetros que pasa algo... - resopla molesta. 

- ¿se nota...? 

Ella me mira y alza una ceja. 

- no me vengas con esas, jamás te he visto sonreír en todos estos años que trabajo para ti y ahora podrías cambiar tu apellido a Mr Sonrisitas

Suspiro volviendo a mis informes aguantando no sonreír por su comentario. 

Maia me cambia en todos los sentidos posibles. 

Y eso me encanta. 

Aunque para los demás debo permanecer como siempre y fingir que no pasa nada. 

- júrame que no pasa nada entre tú y ella 

Suspiro, la miro y asiento. 

Ella entrecierra los ojos sin creerme. 

Yo cojo mi café y le doy un sorbo haciéndome ver que estoy confiando conmigo mismo.

- bien - se pone de pie de nuevo y coge sus cosas de la mesa. - entonces no habrá problema con que salgamos hoy de fiesta en busca de maromos guapetones que nos alegren la noche 

Escupo el café de golpe a la vez que casi me caigo de la silla. 

- ¡KENAI!  

La miro con la peor de mis miradas. 

Ella se mira así misma por si la he manchado.  

- ¿qué has dicho? - pregunto amenazante. 

Ella me mira alucinada. 

- ¿eh? 

- qué has dicho Serena, habla - me contengo porque me apetece gritar. 

- pues... ah, que hoy salimos de fiesta en busca de...

- ¡calla! 

- hablo o me callo, ¿te decides? - dice molesta.

Empiezo a ver rojo. 

El solo hecho de pensar en Maia con otro hombre que no sea yo me sacude de tal forma que quiero matar a alguien. 

Respiro enfadado.

- ¿y ahora a ti que te pasa? me has dicho que no hay nada entre tú y ella

La miro enfadado. 

- ¿ella ha dicho que sí?