Not Strong Enough (Capitán América/Loki/Soldado de Invierno/Thor)

Prólogo + booktrailer

Antes de nada os dejo el link del booktrailer por si queréis votarme o suscribiros en mi cuenta de You Tube: https://www.youtube.com/watch?v=4vCPaxRTvhM

Otra vez igual. En aquella fría oficina, sirviendo cafés. ¿Por qué pensaría que sería mi oportunidad?

Camino por el monótono pasillo, esperando que alguien me abra la puerta en cuanto llegue a la sala de juntas. Como siempre, nadie. Abro la puerta como puedo y entro en la sala sin hacer ruido. Pero en cuanto empiezo a repartir los cafés, alguien me dirige la mirada, Miranda.

-Liv, se me olvidó pedirte mi café solo. ¿No te importará traérmelo, verdad?- dijo con aquella mirada desafiante que la hacía única.

-Claro, ahora mismo.-digo tragándome mis palabras.

-Gracias. Por cierto, te manchaste la camisa con café al abrir la puerta. Que patosa eres. No derrames mi café cuando vuelvas cariño.- dijo sarcástica a la vez que todos la coreaban entre risotadas.

Miré mi camisa, y en efecto. Una pálida pero notable mancha de café se café se cernía sobre ella. Me cabreé. ¿Por qué seguía aquí? ¿Aún creía que esta era mi oportunidad?

Decidida me di la vuelta para poder ver directamente hacia los ojos de Miranda. Ella seguía con su sonrisa dominante mientras que todas las demás miradas le aplaudían. Intenté imitar su sonrisa.

-¿Sabes Miranda? Se me olvidó darte algo.- Rápidamente alcancé el café de los que había servido anteriormente y se encontraba más cerca de mi y lo estampé bruscamente contra Miranda la que no pudo evitar cambiar a una expresión que me gustó más.- Mi renuncia.- terminé.

Salí andando tranquilamente de aquel edificio mientras me deleitaba con los maravillosos gritos de angustia de Miranda. Mi primera parada fue el callejón de atrás donde se encontraba el contenedor de basura. Un vagabundo se encontraba por allí mirándome extrañado, pero no me importó. Tiré mi maletín con todos los papeles de la empresa al contenedor. Luego mis dolorosos tacones y después, bajo la sorprendida mirada del vagabundo, me quité la ropa la tiré y me hice invisible. El pobre vagabundo casi se muere de un infarto, pero es lo que necesitaba. Me concentré, y salí disparada hacia el cielo.

Disfrutaba tanto con aquella sensación de libertad. Amaba sentir el viento en mi rostro, amaba volar desnuda por el cielo de Nueva York por muy raro que parezca y amaba mi don, el don de la Libertad.

Empezó a entrarme hambre y volví a mi apartamento. Era pequeño, pero a la vez cómodo. Cuando llegué al portal. Busqué la falsa piedra que escondía mi llave y abrí la puerta. Veloz, me hice un sandwich vegetal y lo devoré. Mientras comía, no pude evitar fijar mi mirada en el calendario. El día de hoy estaba marcado de rojo. Hoy era el aniversario de su muerte. Josh, mi hermano mayor, falleció hoy hace justo tres años. No me acuerdo de ese día. No puedo. Pero daría lo que fuera por recordarlo.

Tras terminar de comer, me vestí de negro y fui al cementerio. Ya era el atardecer. Había soltado las misma lágrimas que solté el año anterior. Ya era hora de volver. Toqué por última vez la lápida de mi hermano, mientras que veía por última vez las flores que le acababa de poner. No pude evitarlo y solté una lágrima más a la vez que me volvía a arrepentir por no recordar aquella época.

Pero entonces algo me sacó de mi trancé. Una explosión, la cual me había alejado de la tumba de mi hermano. Entre la conmoción intenté reincorporarme. Abrir los ojos entre todo aquel viento lleno de polvo para encontrarme con aquella mirada. Nunca había visto esa mirada en persona. Solo en las noticias. La mirada del soldado de invierno, un asesino que no parecía perder los años...