Po y Gelián, salieron del palacio de jade, no sin antes recostar al maestro Shifu.
—Po: ¿Seguro que no se murió?
—Gelián: No es tan débil como para morirse con eso.
Caminaban tranquilamente, Po mantenía el rollo del lado contrario de donde estaba Gelián, pero este no parecía mostrar intenciones de tomarlo.
—Po: A decir verdad, no sé qué podría decirte para convencerte de que te detengas. No conozco nada de ti.
—Gelián: Ni yo de ti, y no hace falta. Nuestros objetivos se interponen entre sí, solo eso.
—Po: Siendo sincero, no estoy muy seguro de que objetivo tengo. Hace unos pocos días simplemente soñaba con ser un gran maestro del Kung Fu, y ahora creo que ya estoy más cerca de lo que nunca imaginé, pero no sé si a eso puedo llamarlo objetivo, o solo un sueño.
—Gelián: Nuestros objetivos son muy simples, yo quiero el rollo, y claramente tú no quieres entregármelo. Lo que tú estás pensando es algo demasiado futuro. Ser un maestro de artes marciales no es un camino corto, ni fácil, no es algo que puedes ver como tú siguiente objetivo en este momento. No está mal soñar con algo grande, pero tienes que ver el camino que hay delante de ti, solo así entenderás la mejor forma en la que puedes llegar hasta el final.
—Po: Entonces, ¿este es el camino que tienes que recorrer?
Gelián entendió a que se refería, todo lo que ha estado haciendo desde que llegó a ese mundo solo les ha causado dolor a otros.
—Gelián: A decir verdad, no estoy seguro. Lo que he estado haciendo no me gusta del todo, pero ya he vivido de una forma correcta, y mi sueño me fue arrebatado, ahora no pienso detenerme, ni dejaré que nadie más me detenga.
Se detuvo y volteó hacia Po, extendiendo su mano, pidiéndole el rollo.
—Po: Sabes, tu forma de comportarte, y hasta tus diálogos parecen de villano, y aun así me pides amablemente que te dé el rollo.
—Gleián: No soy un villano, pero tampoco creas que soy alguien bueno, ya me cansé de serlo. Ahora solo vivo para mí mismo, eso es todo.
—Po: No sé cómo has vivido hasta ahora, pero yo creo que, si solo vives para ti, terminarás quedándote solo.
—Gelián: Llevo mucho tiempo sintiéndome así.
Bajó su mano, pues claramente Po no iba a darle el rollo. Mostró sus garras mientras que Po solo dio un paso atrás.
—Po: Bueno y... ¿cuál es tu comida favorita?
Gelián le dio un golpe a Po que lo hizo caer por el resto de las escaleras. Enseguida aterrizó a varios metros de él.
—Gelián: No trates de extender esta platica. Si realmente quieres ser un maestro respetable entonces vas a proteger ese rollo con tu vida, por lo que no tenemos más de lo que hablar.
Enseguida arremetió contra él, Po intentó detener su golpe, pero Gelián cambió la trayectoria, golpeando su estómago en lugar de su cara, arrojándolo hasta estrellarse a una pared, destrozándola y provocando que soltara el rollo.
—Gelián: Aunque si puedo tenerlo sin tener que matarte, mejor para mí.
Comenzó a correr hacia el rollo, pero de pronto una lluvia de piedras comenzó a golpearlo.
—Po: ¡Pies de furia!
Estaba pateando todos los escombros que cayeron cuando se estrelló en la pared. Gelián se cubrió, pues no se lo esperaba, pero después comenzó a destruirlos con mucha facilidad.
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Dos destinos (Reencarnación en Kung Fu Panda)
Fiksi PenggemarGelián era un hombre que se ganaba la vida cobrando a personas que le pedían prestado a gente incorrecta, sus grandes habilidades en las artes marciales lo hacían alguien extremadamente peligroso. Toda una vida cultivando su fuerza y sus habilidades...