El Ying y el Yang

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La batalla estaba por terminar, y todo parecía apunta a que Shen iba a ser el ganador.

Tenía su flota de bracos alineados, listos para irse en cualquier momento, pero antes quería terminar de una vez por todo con los dos estorbos que estaban frente a él.

A bastantes metros, en una tabla lo suficientemente grande para que los dos estuvieran de pie en ella, estaban Po y Gelián. Los dos tenían un brazo herido, pero se notaba que no estaban listos para rendirse.

—Po: ¿Y cuál es tu plan?

—Gelián: Lo único que no he intentado. Usar el chi, aunque ya llevo bastante entrenado para hacerlo, en este mucho no lo he conseguido.

—Po: No tengo idea de que estas hablando. Yo quería saber de un plan que usemos los dos.

—Gelián: ¿Qué pasó con eso de la paz interior? Yo voy a intentarlo a mi modo, mientras no me estorbes, lo que hagas me da igual.

Po puso una cara de molestia, pero tenía razón, lo único que podía hacer era pelear con lo mejor que podía.

—Shen: Si eso quieres. Disparen.

Al ordenarlo, el primer barco disparó, la bala voló directo hacia donde estaban los dos.

No lo planearon, pero no hizo falta. Gelián dio un paso al frente, al hacerlo la tabla se movió y Po dio un paso hacia atrás.

Recordó todo lo que vivió mientras estaba muerto, las peleas que tuvo contra Tai Long, contra los maestros convertidos en jade, contra Kai. Como se sentía controlar el chi.

Sus muy desarrollados sentidos dejaron de escucharlo todo. Se concentró únicamente en esa bala que iba directo a él, podía ver como se movía, el ligero cambió de trayectoria causado por el viendo, la dirección a la que rotaba, y de pronto lo vio, el momento adecuado.

Por un segundo su mano se iluminó con una pequeña luz verde, estiró el brazo, golpeando la bala con solo dos dedos.

Una onda expansiva de color verde recorrió el lugar, calmando por unos segundos todas las olas. La bala se detuvo en seco, justo frente a Gelián, para después caer al agua, apagándose al instante.

Todos los que lo presenciaron estaban sin palabras, no podían creer que eso fuera posible.

—Shen: Otra... ¡Disparen otra ya!

Shen salió de su sorpresa, y la preocupación lo obligó a seguir disparando. Solo tenía que deshacerse de esos dos y listo, no podía permitir que ese futuro se hiciera realidad.

Se dispararon más balas, ahora fue Po quién avanzó, haciendo que Gelián retrocediera debido a la inclinación de la tabla.

Po veía directamente la bala, instintivamente su cuerpo se relajó y se posicionó de la mejor forma, al igual que cuando atrapó la gota de agua, no luchó contra ella, sino que fluyó, entendiendo que hacer.

Cuando estaba lo suficientemente cerca estiró su mano, atrapándola y desviándola, haciendo que también cayera al mar, aumentando la preocupación de Shen. 

De pronto Po se dio cuenta de que al hacer eso su mano se prendió en fuego y corrió por toda la tabla tratando de apagarla, hasta que finalmente se metió la mano entera a la boca.

—Gelián: Estas en medio del mar y optas por eso.

Ni Gelián ni Po se dieron cuenta. Cuando Po corrió por la tabla Gelián se movía de forma que no se cayera él ni Po. Aunque no fuera su intención, los dos ya habían sincronizado sus movimientos hasta ese punto.

—Gelián: Como sea, creo que ya entendí como se usa el chi aquí. Es un poco diferente, pero por ahora será suficiente.

—Po: Me recuerdas a mi maestro, dices cosas que no entiendo.

Dos destinos (Reencarnación en Kung Fu Panda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora