Doruk y Berk se encontraban sentados en la mesa del comedor, con libros y cuadernos abiertos, mientras resolvían algunos problemas de matemáticas. Pero su conversación rápidamente cambió de tema y empezaron a hablar sobre sus novias, Asiye y Aybike.
- ¿Cómo te ha ido con Aybike? -preguntó Doruk a Berk.
- Muy bien, gracias por preguntar. Es increíble lo bien que nos llevamos. A veces parece que nos conocemos desde hace años -respondió Berk.
- Me alegro mucho por ti, amigo. Asiye también es una maravilla, estamos disfrutando mucho juntos -respondió Doruk con una sonrisa.
- En serio, ¿qué es lo que más te gusta de Asiye? -preguntó Berk, con curiosidad.
Doruk se tomó un momento para pensar antes de responder: - Me encanta que con ella siempre me siento feliz y en paz. Asiye tiene una forma de ser que me hace sentir que estoy en casa, que todo está en su lugar. Además, tiene esta habilidad especial para hacer que las cosas sean más fáciles y alegres. Es realmente un sol en mi vida.
- Eso suena increíblemente dulce, amigo. Me da alegría verlos a ambos tan felices -dijo Berk sonriendo.
Doruk y Berk continuaron conversando mientras hacían su tarea en la noche. Ambos estaban impresionados con la suerte que tenían al encontrar a sus parejas. Les tocó tener a dos mujeres maravillosas en sus vidas, y estaban agradecidos por eso.
Al día siguiente en clases:
Mientras tanto, Asiye notó algo curioso durante la clase. Omer y su compañera de clase, Susen, estaban discutiendo sobre quién era mejor en matemáticas. Continuaron hablando sobre diferentes temas, pero Asiye notó que Omer no le quitaba los ojos de encima a Susen.
Después de la clase, Asiye decidió hablar con Omer sobre lo que había notado.
- Omer, ¿estás bien? -preguntó Asiye.
- Sí, ¿por qué? -respondió Omer con una sonrisa.
- Noté que mirabas a Susen de una forma diferente durante la clase. ¿Estás enamorado de ella? -preguntó Asiye con una sonrisa.
- ¿Enamorado? No, para nada -respondió Omer tratando de negar, pero Asiye notó que su hermano estaba claramente incómodo.
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- ¿Estás seguro? -preguntó Asiye- Porque si lo estás, no tiene nada de malo. Sería genial si se lo dijeras, así que pueden ver si hay algo allí.
- Supongo que tienes razón -dijo Omer después de un momento de silencio-. Nunca había pensado en ello de esa manera. Pero ahora que lo mencionas, puede que tengas razón.
- Además, ella también es muy buena en matemáticas, podrían ayudarse mutuamente -dijo Asiye sonriendo.
Omer asintió y sonrió, agradecido por la sugerencia de su hermana. Sin duda, tenía mucho que pensar sobre sus sentimientos hacia Susen. Asiye estaba contenta de haber ayudado a su hermano y sabía que lo mejor para él era hablar con Susen sinceramente.
