Emir y Ozge se encontraban en la amplia sala de su mansión en Antara cuando su madre, Sennur, hizo su entrada con una mirada seria en su rostro. Los hermanos, ahora de 17 años, se prepararon para escuchar una importante noticia.
Sennur se sentó en el sofá frente a ellos, manteniendo su porte elegante y distinguido. Emir detectó cierta tensión en el ambiente y preguntó con preocupación: "¿Qué ocurre, mamá? Pareces preocupada".
La madre suspiró antes de responder, eligiendo sus palabras cuidadosamente. "Chicos, ha llegado el momento de tomar una decisión difícil. Como bien saben, he estado llevando adelante la empresa familiar durante todos estos años tras la trágica muerte de vuestro padre".
Emir y Ozge asintieron en silencio, recordando esa pérdida que había marcado sus vidas desde temprana edad. Su padre, un empresario exitoso, había fallecido en un trágico accidente de tránsito, dejando a la madre como su único sustento y apoyo.
Sennur continuó con voz firme: "La empresa ha prosperado, pero ha llegado el momento de expandirnos y abrir nuevos mercados. Esto implica que nos mudaremos a Estambul, donde nuevos negocios esperan por nosotros".
Los ojos de Emir se abrieron de sorpresa mientras fruncía el ceño. "¿Mudarnos? Pero mamá, esta es nuestra casa, nuestra ciudad. No quiero dejar todo lo que conocemos y empezar de nuevo en un lugar desconocido".
Ozge, por su parte, también expresó su descontento: "Yo también quiero quedarme aquí, mamá. Mis amigos están aquí y no quiero dejarlos. ¿No hay ninguna otra opción?".
Sennur suspiró, comprendiendo la reacción de sus hijos. "Entiendo que esta noticia puede ser difícil de aceptar, pero confíen en mí. Estambul es una ciudad llena de oportunidades y nuevas experiencias. Además, estarán acompañados de todo lo que esta familia ha construido".
Emir cruzó los brazos, claramente aún descontento con la idea. "Pero mamá, no es solo una cuestión de oportunidades. Es nuestra casa, nuestros recuerdos. ¿Por qué tener que dejar todo atrás?".
La madre se acercó a sus hijos, colocando una mano en el hombro de cada uno. "Sé que esto no es fácil, pero a veces debemos tomar decisiones difíciles para crecer. Como familia, podemos enfrentar cualquier desafío y, eventualmente, crear nuevos recuerdos en Estambul".
Emir y Ozge se miraron el uno al otro, sabiendo que seguirían a su madre a pesar de sus reservas. Ambos asintieron, conscientes de que su madre siempre había hecho lo mejor para ellos.
La partida de Antara hacia Estambul se aproximaba, inaugurando un nuevo capítulo en la vida de los hermanos. Aunque no estaban completamente convencidos, se aferraban a la confianza en su madre y a la esperanza de aventuras y oportunidades que les esperaba en la gran ciudad.
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Después de un largo viaje, Emir y Ozge llegaron finalmente a su nueva casa en Estambul. Era una espaciosa residencia ubicada en un elegante barrio, muy diferente a lo que estaban acostumbrados en Antara. Juntos, comenzaron a desempacar sus pertenencias en sus respectivas habitaciones.
