CAPITULO XV †

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Jo'el:

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Jo'el:

Desperté confundido en los brazos de Alex, ella le daba pequeños golpecitos a mi mejilla

—¡Jo'el...! ¡Gracias a Dios! —Exclamo aliviada, cuando la mire a los ojos y le di una sonrisa

Me hinque sobre las hojas, aún situándome en el lugar. Observe mis manos, toque mis pulgares y mis índices, percibiendo el tacto, respire profundo y sentí el aroma del bosque. Relamí mis labios, y toque las marcas de mi cuerpo, aunque mi espalda ardía un poco, estaba felíz de estar ahí, era todo familiar y placentero

—¡Pensé... que no despertarías! Llegue hace unos momentos y te encontré tirado aquí. Dime ¿Que hiciste? —Alex me hablaba preocupada y comenzó a llorar — ¿Estas bien? —Me observaba el cuerpo y finalmente acaricio mi cabello

Cerré mis ojos ante su taco, suspire y sonreí. Esto, era mucho más de lo que esperaba. Frene su mano que estaba en mi mejilla y la sostuve ahí un momento, cerrando mis ojos, deleitándome a su aroma y la suavidad de su piel. Era la primera vez que la tocaba. Sentir su presencia a mi lado era calma, pero mi corazón se aceleraba. En ese preciso momento supe, lo que los humanos llaman "Mariposas en el estómago"

Acaricie su mano con mi pulgar y con la otra, limpie una lágrima que corría por su mejilla, la lleve a mis labios... Quería probar todo de ella

—Shhh... Tranquila Alex... Estoy aquí... Estoy contigo —La abrace y contuve su lágrimas

—¿Qué hiciste Jo'el?

—Nada de lo que haya hecho importa —Le respondí aun abrazándola — Te siento Alex... y no hay precio para esto

Toque su cabello, lo lleve a mi nariz y aspire su dulce aroma. Ella alzo su vista a mí, y por fín la bese. Hubiese querido sentir, todo eso antes. Sus labios suaves y tibios, me nublaban cada pensamiento. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y mi respiración se acelero. Nuestro respirar, se sentía pegando en nuestros rostros. La sangre corría por mi cuerpo y comencé a sentir molestia, en mí entre pierna. Un calor dentro de mi, empezó a expandirse por todo mi cuerpo, y eso fue solo con un beso

Nos levantamos del suelo, ella acaricio mi pecho con la palma de su mano y volvió a besarme. Me sentía un poco tonto y no sabia que hacer, porque lo único que quería, era devorarla. Era una sensación rara y mi cuerpo ardía

— ¿Sientes esto? —Pregunto con una sonrisa. Solo asentí con la cabeza rápidamente. No tenia palabras para explicar lo que me hacia sentir

—Dame otro —Le pedí agitado, y ella sonrió. Se sentía jodidamente bien. Mi corazón y respiración, se desesperaban, al igual que mis manos, que emprendieron un viaje, por debajo de su blusa, acariciaba su espalda tibia y sentía, como su piel se erizaba ante mi tacto. Sabia, que le gustaban mis caricias, porque mientras me besaba escapo de su boca un gemido placentero. Nuestros cuerpos parecían una balsa, se movían de un lado a otro, danzando por comer nuestros labios

𝕿𝖍𝖊 𝕱𝖆𝖑𝖑𝖊𝖓 ©  (EL CAIDO) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora