CAPITULO XXXIII †-Metamorfosis-

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Alexandra

Cayó la noche...
Escuchaba a Ara'el y Jo'el, hablar en voz baja y cuando me acercaba cambiaban de tema, como si no me hubiese dado cuenta. No quise preguntar, no quería entrometerme.

Por lo que entendía, Ara'el, era nuestro guardián ante esas cosas, que solo salían cuando el sol nos dejaba. Les llamaban "Los Oscuros".
Tenía miedo, recordaba muy poco de la noche anterior. Pero aún en mi cabeza, sentía la voz... una voz femenina que pronunciaba a susurros mi nombre:

Alexandra.... Alexandra

Me llamaba, pero con todo lo que había pasado, trataba de no poner atención. Tampoco le hable a Jo'el de aquello, pensé que con tantas preocupaciones, no era necesario agregar otra mas.

Cuando anocheció, Ara'el calentaba aún más la casa y los Ángeles, solo me decían:
—Mantente en calor —Solo asentía con la cabeza y Kurt, me acompañaba.

En tanto Jo'el, lo encontraba distinto, más protector, más fuerte y decidido... era otro. Me observaba con tanto dominio, como si le perteneciera, pero estaba en lo correcto, era suya. Me protegía, me cuidaba y estaba al pendiente, no me dejaba sola, a no ser que Kurt, me acompañara.

—Tienes que ser todo este sector —Avisaba Ara'el, con un mapa extendido en el comedor de la cocina, trazaba un circulo con su índice derecho —Con Emilia, recorrimos todo esto, hasta llegar a un arroyo —Me miro de inmediato, cuando pronunció a Emy.

Sin hacer mucho ruido, me acerque a la cocina por un café y Jo'el, tomo de mi brazo.

— ¿Qué haces?

—Vengo por un café —respondí observando mi brazo, ante su agarre.

—Quédate al lado de la chimenea —Me hizo un gesto con la cabeza en dirección al sofá. —Te lo llevare enseguida.

—Te haz vuelto muy imperioso —sonreí suspicaz.
Me quito la taza de las manos, manteniendo seriedad en su rostro.

—Solo quiero protegerte. —Dejo la taza a un costado de la cafetera —Ahora, mantente caliente —Me hablo directo a los ojos.

A pesar que sus ojos estaban oscurecidos y su aspecto bastante cambiado... No le temía. Lo abrace y quede en su frío pecho.

—Tiene que ser aquí, no hay otro lugar —Ara'el hablo y se escucho la cafetera en ebullición, dando aviso que el café estaba caliente.

—Ve... Anda —Aviso Jo'el, separándose de mi y volvió hacer una señal al sofá.

Le di media sonrisa, dejando de tomar su mano, hasta que la distancia nos separo.

Observaba, como Jo'el servía el café, uno para mi y otro para él. Mientras Ara'el, se rascaba la cabeza y trazaba líneas con un bolígrafo un tanto gastado, lo golpeaba y volvía a trazar con fuerza. Se veía preocupado, quería ayudarnos, quería darnos tiempo, como dijo Jo'el... "Tiempo" Pero no daba con aquel lugar, el mismo que trato de encontrar hace casi 25 años. 

𝕿𝖍𝖊 𝕱𝖆𝖑𝖑𝖊𝖓 ©  (EL CAIDO) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora