-Tenemos suficiente para no preocuparnos por un tiempo -dije y sonreí. Al fin, no teníamos que preocuparnos por las malditas deudas...bueno hasta ahora.
- ¿Pagaron el alquiler?-pregunto Lieska mientras abraza un cojín en forma de oso.
-Sip-respondió Angie-.No debemos nada por lo que resta del año.
- ¿Pagaron lo que resta del auto?-pregunte nerviosa. Todavía se debía un poco, y de solo pensar, que vendrían a quitarme a mi bebe me daba un terror horrendo.
-Sí. Después del trabajo María, Connor y Cody me acompañaron-respondió Angie sonriendo-.Ya está pago tu amado auto-dijo y eso me hiso sonreír también-.Nos queda suficiente para navidad, para comprar regalos y para ir a la disco el año nuevo.
De repente me sentí cansada. Los hombros me pesaban al igual que los parpados. Hoy había sido un día bastante largo.
-Bueno señoritas si me disculpa, quiero ir me a dormir y descansar. Lieska tocio falsamente y reí ante aquello. -Mañana tenemos nuestro día libre, Bye bellezas.
-Buenas noches linda-dijeron al unísono María, Angie y Lieska.
Me levante con pesadez del asiento y fui a mi habitación. Apenas entrar me senté en la peinadora. Me quite todo rastro de maquillaje de mi cara. Luego fui al baño y entre en la ducha. Los minutos pasaban mientras el agua recorría todo mi cuerpo.
De repente la figura de aquel chico de mis sueños apareció en mi mente. Necesitaba encontrarlo, necesitaba saber quién era, necesitaba volver a dormir sin levantarme llorando y por alguna extraña razón, también necesitaba respuestas, y aquel chico podría ser el portador de aquellas respuestas que nadie podría ni siquiera adivinar.
Después de unos largos 30 minutos, sali de la ducha y me coloque la pijama. Volví a sentarme en la peinadora y me vi al espejo. Había mucha diferencia entre la chica de hace unos meses y en la de ahora. Las ojeras eran más oscuras, mis ojos a pesar de demostrar cansancio siempre tenían un brillo extraño que representaba mi juventud, y mis labios han obtenido un poco de color.
La anterior chica, no necesitaba maquillaje para salir a la calle, sus ojos se encontraban en perfecto estado y no acompañados de ojeras, no se preocupaba por si salía con algo que no combinaba, o si tenía que decidir entre tacones de plataformas o zapatos deportivos. Eso eran unas de las cosas de aquella chica que ante solía ser, ahora no soy la misma de antes.
Decidí irme a la cama, pero antes me senté en ella y saque mi portátil. A pesar de que no era famosa, mis cuentas siempre se encontraban llenas con mensajes o notificaciones, lo malo, era que la mayoría eran puros hombres depravados. En eso se abre la puerta y veo que es Lieska que viene con unas tazas de café y unos emparedados. Me ve y sonríe, yo imito su acción.
-No comas nada-dije dejando las tazas y los emparedados en la mesita de noche-Vuelvo en un segundo.
Asiento con la cabeza, como buena chica y ella busca su pijama en el armario y entra al baño. Como siempre Lieska era unas de las pocas mujeres que conocía que duraba poco en el baño, por lo que a los 3 minutos la veo que sale, sin maquillaje. Dejo la portátil a un lado y ella se sienta al frente mío en forma de indio. Me entrega una taza de café y un emparedado.
-He vuelto a pensar en el chico-dije, para luego darle un mordisco a mi emparedado. Lieska poso sus ojos en mí.
-Siempre me he preguntado algo-dijo- ¿Es sexy el chico de tus sueños?
-Ni te imaginas-dije y tome un sorbo de la taza. Ella movió la cabeza para que siguiera-La verdad es muy tierno y lindo tiene un pequeño tatuaje en su brazo derecho, también unos hoyuelos en sus mejillas que matan y su mirada tan dulce y apasionada.
- ¿Crees que ese chico exista realmente?-tomo una pausa como tomar de su café y prosiguió-. Quizás sea un producto de tu imaginación
Se me hiso un nudo en la garganta y otro en el estómago. Jamás había visto mis sueños como algo de mi imaginación. Siempre he creído que ese chico existía en verdad.
-Yo...yo realmente no lo sé-dije y mi vista comenzó a verse nublada por las lágrimas retenidas-. Tu sabes que todo relacionado con los chicos, soy un completo desastre. Y la verdad todavía no supero a...Arturo, lo odio es un desgraciado-dije y empecé a llorar como acostumbraba hacer.
Arturo fue mi novio desde los 15 hasta los 17. Él siempre fue bueno y cariñoso conmigo. Pensaba que nuestra relación jamás terminaría, que jamás nos separaríamos, que iríamos a la Universidad juntos, viviríamos juntos y todas aquellas estupideces que sueña uno de joven. Aunque la realidad me golpeo. El amor que sentía así el me cejo...
Un día estaba dirigiéndome a su casa, como era de costumbre entraba con la llave que él me había dado, pero ese día, había ido sin avisar. Quería darle una sorpresa, pero la que termino sorprendida, fui yo. Desde el primer piso se escuchaban algunos ruidos de su habitación. Pensaba que solo estaba con sus amigos jugando a la Xbox, o cualquier cosa de chicos, pero cuando entre, lo único que pude ver antes de que las lágrimas me cejaran, fue haber visto como se revolcaba con la zorra y muy hija de perra de Marifel.
Una estúpida que estudio conmigo en el bachillerato. Se quedó sorprendido cuando me vio parada hay. Intento seguirme cuando sali de hay corriendo como alma que lleva el diablo. Los días habían pasado. El intentaba hablar conmigo, pero solo me alegaba. Luego me llego la beca y sin pensarlo me fui. Deje todo atrás. No supe nada más de él, pero igual ya no me interesa saber nada de él. Mi mente se sentó pesada. Odiaba recordarlo. Odiaba recordar como ella me había quitado mi felicidad.
Cansada me recosté en la cama. Lieska se acomodó al lado mío y comenzó a acariciarme el cabello. Algo que me relajo al instante.
-Arturo solo fue un desgraciado que rompió mi corazón-murmure y me seque las lágrimas. No permitiría derramar más lagrimas por alguien como él.
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Una oportunidad de amar
Storie d'amoreQué pasa cuando las cosas se te salen de las manos. Vas a ese lugar donde siempre quisiste con tus amigas, pero todo se sale de control, tienes que hacer cosas que jamás pensaste hacer, cosas que te traerán muchos problemas pero dicen que todo lo ma...