Tsunade miró a Shizune con aire tan cansado, tan suplicante, tan desdichado, que su asistente se conmovió completamente. Sin embargo, solo pudo hacer que la mujer dejara el fólder en el escritorio en lugar de arrojarlo lejos.
La joven kunoichi miró a su maestra con indulgencia, intentando no sonreír porque Tsunade lo consideraría una burla. En realidad era una situación graciosa y para nada grave como lo hacia parecer, pero había sido una noche larga en la inauguración de un restaurante en el que había sido la invitada de honor y no estaba de humor para lidiar con horarios. No podía decir que tenía resaca, más bien, aún seguía ebria, pero no podía tomarse el día libre porque estaban en un periodo crucial dentro de las estrategias para mantener cohesionada Konoha en un sentido enteramente social.
Desde otras perspectivas, especialmente de ninjas de otras aldeas, era una estrategia que ni siquiera merecía llamarse como tal. Una falta total de seriedad y decoro a la profesión ninja, una burla quizás, pero desde tiempos del honorable primer maestro Hokage, tanto el Hanami con sus flores de cerezo, como el Momiji con las hojas rojas, había sido un motivo para tener en casa a la mayor cantidad posible de ninjas, con sus familias.
Pero tan solo los clanes, y aquellas familias en las que los miembros militares se contaban con una sola mano se preocupaban por los preparativos. Muchos de los ninjas activos eran solteros, huérfanos, solitarios de carácter agrio que vivían en sus minúsculos departamentos y preferían tomar misiones en esos días con tal de no chocar de frente con ese mundo extraño de familiaridad al que no pertenecían, al que le tenían miedo.
Incluso Iruka, quien era erróneamente catalogado en un grupo aparte como alguien carismático que no sentaba cabeza por dedicarse a los niños, era en realidad parte de los solitarios que se horrorizaban ante la idea de "familia", solo que no se escondía en su departamento o en misiones como los otros, lo hacía detrás de festivales escolares, fingiendo tener mil ideas, camuflándose astutamente entre flores de papel para que las comadronas no lo atosigaran con aquello de la descendencia.
Así pues, con todos los reacios a aceptar con naturalidad la idea de pasar un día en el parque con la propia familia y la de otros, esos festivales siempre se llevaban a cabo porque Konoha era la aldea oculta en la hoja y en esa temporada del año, las hojas se volvían rojas antes de caer. Era tan simbólico, que celebraran también el día de los caídos en esas fechas.
Ese año no iba a ser la excepción, aún con la tremenda cantidad de problemas que habían ido aplazando la fecha, tenía dos días para coordinar la logística completa de un evento de tales magnitudes, incluyendo el enviar a los que no querían estar en Konoha durante las fiestas para reemplazar a los que esperaban poder regresar.
Y ahí estaba el asunto que atormentaba a la quinta maestra Hokage: este año, parecía que todos querían estar en casa.
¡Incluso Kakashi!
De alguna manera, la pelirroja se las había arreglado para convencer al ninja de pedir permiso para tomar el día, obviamente con ella. De todas las solicitudes que esperaba recibir desde que se anunció la fecha exacta del festival, la de ese ninja desgarbado era la que menos esperaba ver, incluso había imaginado que sería el primero en pedir la misión en el lugar más lejano que estuviera disponible.
El horror la había invadido al pasar las hojas: Kakashi Hatake, Ibiki Morino, Raidō Namiashi, uno a uno, los jōnin y ANBU que consideraba solitarios y algo amargados, de pronto querían pasar el festival en casa y las opciones para enviar fuera se reducían a genin y chūnin castigados que no gozaban del privilegio para elegir sus días de descanso.
La determinación de Shizune para no dejarla incinerar el compendio, fingiendo que no había recibido nada, continuaba montando un estrecho cerco en sus opciones para cubrir una importante misión que tenía lugar, precisamente, durante el festival.
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La inusitada torpeza de un shinobi (cómo errar misiones paso a paso)
Hayran Kurgu"¿Es verdad que Itachi Uchiha estuvo aquí? ¿Y busca a Naruto?" Aoba Yamashiro, ilustre Tokubetsu jōnin que causó la huida de Sasuke, no fue la primera ni la última vez que metiste la pata.