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A la siguiente mañana los oficiales confirmaron a Greco que podría ir al entierro de su hermana, pero solo media hora, él asintió y se dirigió al comedor, aunque ese día algo cambió, ésta vez se sentó junto a Gustabo y Manolo, el cuál le dirigió una mirada de pocos amigos, por lo que pudo entender, no estaba muy de acuerdo con su presencia allí. Hubo unos minutos de silencio en la sala al ver como Greco y Gustabo compartían mesa, el resto de presos los miraba de reojo o directamente, hasta que Gustabo habló.

- ¿Se os ha perdido algo en ésta mesa? Seguid a lo vuestro - aquello fue más que suficiente para que el comedor volviera a su ambiente habitual.

- Bueno Greco, te explico rápidamente, te voy a meter a trabajar en la lavandería, necesitamos que hagas algo allí, yo también trabajo ahí pero necesito otra persona, el plan es salir por enfermería, la ventana es la más cercana al muro exterior... - tras unos minutos explicando la situación a Greco los tres chicos salieron del comedor.

Manolo se marchó a su trabajo en jardinería donde también tenía una función, mientras que Gustabo y Greco se dirigieron a conseguir el trabajo a este último.

- Hey, Mario, necesito que le consigas un trabajo a Greco en lavandería, es urgente - el chico lo miró y comenzó a ver la lista que llevaba en la mano.

- No hay hueco Gustabo, lo siento - el rubio soltó una carcajada y le dedicó a Mario aquella mirada que a Greco le daba escalofríos.

- Creo que no me has entendido, tú y yo sabemos que me debes algo, y te estoy diciendo que me cobro el favor ahora mismo, así que búscale un hueco en lavandería, ¿me he explicado? - el chico asintió asustado.

- Tendrá el puesto para mañana - Gustabo sonrió al muchacho.

- ¿Ves como no era tan difícil? - Greco observó todo en silencio y una vez finalizada la conversación se alejó junto a Gustabo de la zona. - Bueno, ya has escuchado, hoy tómatelo de luto por tu hermana, pero mañana empezamos con todo - el rubio le dio una palmadita en la espalda mientras el contrario asintió.

- ¿Qué pasa Greco, no tuviste suficiente con que te la metiera una vez y has decidido ir como un perrito faldero a por más? - el nombrado se tensó al oír las palabras y apretó los puños dirigiéndose hacia Armando.

- ¿Y tú quieres que te parta la cara gilipollas? - los tres chicos que iban con Armando se tensaron y se acercaron rápidamente a Greco con algo de miedo en sus miradas, pues aún recordaban la anterior pelea del moreno a pesar de los meses que habían pasado.

- Greco, no vale la pena, hoy no quieres acabar en aislamiento - Gustabo apoyó una mano en el pecho del chico y tiró hacía atrás alejándolo de Armando, el cual seguía con la sonrisa burlona en su cara.

- Eso, hazle caso a tu dueño anda - el moreno sabía que Gustabo tenía razón, quería ir al entierro de su hermana y ya le habían quitado media hora por todo lo ocurrido, no quería perder ese tiempo.

- Armando deja de decir tonterías o acabarás mal, Greco es un igual a mí - aquello sorprendió al contrario que después de soltar un "lo que digas" se marchó con los otros tres.

- Solo has dicho eso para que se callara al igual que a mí en el comedor, ¿cierto? No me ves como a un igual, sigues intentando manipular la situación - aquello hizo sonreír al rubio mientras movía la cabeza de un lado a otro.

- Joder, ¿algún día dejarás de ser tan desconfiado? No te veo como a alguien que vaya a seguir mis órdenes, me ha quedado claro que no lo harás, y además, ¿has visto como te miraban esos tipos? Tienen miedo de ti, el mes que estuviste en aislamiento la gente solo hablaba de la pelea, te ganaste el respeto de muchos y el temor de otros tantos y antes de que preguntes, sí, es otro motivo por el que te prefiero a mi lado antes que como enemigo, eres bueno peleando - Greco lo miró en silencio y asintió, no le gustaba la idea de que la gente lo utilizara o que creyeran que era la nueva mascota de su violador, pero no tenía otra opción.

- No somos amigos.

- Lo sé, tú tampoco eres la persona más agradable pero ambos necesitamos la ayuda del otro, eso es todo.

Gustabo volvió al trabajo y Greco estuvo en la celda pasando el rato hasta la hora del almuerzo, tras la cuál vinieron un par de funcionarios para llevarlo al entierro.

El camino fue silencioso, al llegar al cementerio observó que estaba vacío, no esperaba que hubiera nadie realmente, ya que no les quedaba familia, se acercó y la miró con detenimiento, se veía en paz.

- Hola preciosa... - comenzó a llorar, no podía creer que hubieran hecho eso a una niña, matarla a sangre fría - lo siento mucho, sé que te he fallado, pero te juro que voy a vengarme, esto no quedará así, van a pagar por lo que te hicieron - dejó un beso en su frente y se sentó en una de las sillas mientras seguía llorando como hacía tiempo no se permitía hacer.

Al cabo de un rato sintió una mano en su hombro - tenemos que irnos en 5 minutos, toma, he pensado que querrías darle algo - el funcionario le entregó un pequeño ramo de flores amarillas.

- Muchas gracias, de verdad - cogió el ramo y tras limpiar las lágrimas de su cara se acercó de nuevo colocándoselo entre sus manos - adiós pequeña, descansa en paz.

El camino de vuelta fue duro, verla después de tanto tiempo lo había dejado roto y tener que volver a un sitio donde tenía que mantener una actitud fuerte todo el día no era nada fácil.

La Cárcel - Grecabo (SpainRP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora