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A la mañana siguiente, Gustabo despertó a Greco temprano, ese día tenían que hacer algo importante.

- Bueno, recuerdas que te necesitaba en la lavandería para hacer algo, ¿no? - el mayor asintió adormilado aún tumbado en su cama - Bien, pues hoy es el día, tras las lavadoras hay un agujero bastante grande, y en él, se unen las mangueras de drenaje de todas ellas...

- ¿Y por qué han hecho eso? Si es lo bastante grande podrían escapar por ahí, ¿no? Es bastante estúpido - interrumpió el moreno con una voz, que debido a su reciente despertar, era más grave de lo normal, lo cuál gustó al menor más de lo que admitiría en ese momento.

- Por lo que tengo entendido hubo bastantes problemas con las lavadoras y esa es la solución que encontraron... Pero bueno que ese no es el caso, céntrate y no hagas preguntas sin sentido - el contrario puso los ojos en blanco pero obedeció - como iba diciendo, el agujero es bastante grande y necesito que vigiles que nadie viene mientras me cuelo por ahí.

- Vale, esto no son preguntas sin sentido, ¿para qué te quieres meter ahí? Y...¿Por qué no usamos ese hueco para escapar? - el mayor empezó a espabilarse y se incorporó prestando más atención.

- No quiero meterme ahí, pero necesitamos hacerlo, conseguí la llave de enfermería pero iba a ser cacheado y no podía llevarla encima así que la lancé por una de las rendijas y ahora está ahí abajo. Y sobre la otra pregunta, no hay salida, solo son una red de alcantarillado o algo parecido, hace años un preso escapó así y cambiaron la salida al exterior, ahora es tan pequeña que solo podrían salir las ratas.

- Pues entonces es la huida perfecta para ti, ¿no? - el chico sonrió divertido y se ganó un leve empujón del contrario que terminó devolviéndole la sonrisa.

- Tranquilo, tú podrías venir conmigo, las cucarachas también caben - el mayor lo miró fingiendo estar dolido por sus palabras pero terminó riendo junto a Gustabo.

Las horas pasaron y llegó el momento de llevar a cabo lo hablado, ambos fueron hacia la lavandería y esperaron pacientemente al final de la jornada.

- Bien, es nuestra oportunidad - el rubio se acercó a una de las lavadoras seguido por el contrario, separándola de la pared.

- ¿Te vas a meter ahí? - observaron el agujero oscuro y húmedo frente a ellos, no era de gran tamaño de hecho Gustabo tendría que tumbarse y entrar en él a rastras.

- No me queda otra, vamos, no hay mucho tiempo - el menor se dirigió hacia el hueco cuando notó como Greco lo sujetaba del brazo haciendo que girase su cabeza para mirarlo.

- Ten cuidado, ¿vale? Y no tardes - Gustabo asintió algo sorprendido pero también complacido por la preocupación del chico. El otro soltó su brazo y el rubio se tumbó sobre el suelo entrando en aquel agujero.

Cuando logró pasar al otro lado se puso en pie y haciendo un mapa mental de la prisión comenzó a caminar hacia la zona donde debería encontrarse enfermería, el lugar era frío y al cabo de un rato sus ojos se acostumbraron a aquella oscuridad, escuchaba sonidos que asoció a insectos y ratas pero decidió no pensar mucho en eso acelerando el paso.

- Debería estar aquí - susurró para sí mismo. Llevaba minutos caminando, no sabía a ciencia cierta el tiempo que había pasado pero lo que sí sabía es que ya debería estar volviendo. Tras rebuscar un poco por la zona donde se encontraba la rejilla de enfermería al fin encontró la llave - aquí estás joder - una sonrisa triunfante asomó en su rostro y rápidamente retomó el camino de vuelta.

- Joder Gustabo, ¿dónde te has metido? - susurraba nervioso mientras tamborileaba con sus dedos sobre la lavadora. El sonido de unos pasos le alertó y empujó el electrodoméstico colocándolo en su sitio justo antes de que un funcionario entrara allí.

- ¿Qué haces aún aquí? El turno terminó hace diez minutos, sal de aquí antes de que me arrepienta - el chico se quedó estático en el lugar, no sabía que hacer, su compañero no había vuelto aún y no podía dejarlo ahí pero por otro lado, meterse en líos no ayudaría en aquella situación.

- Lo siento, es que tuve un problema con esta lavadora pero ya está arreglado - sonrió al hombre y salió del lugar seguido por él, sin saber que Gustabo estaba tras la lavadora escuchando todo aquello, pues justo llegó a la par que el guardia.

- Mierda, joder - intentó empujar con sus pies para separar el aparato de ahí y salir, pero pesaba demasiado y el hueco que tenía para hacer aquello era demasiado pequeño. Al cabo de unos minutos se rindió sentándose en el suelo, no le quedaba otra que confiar en Greco para salir de esta.

- MANOLO - el chico llegó con la respiración agitada, parecía que había estado corriendo por la prisión para encontrarlo y al ver que Gustabo no estaba con él, supo rápidamente que algo había salido mal.

- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está?.

- Llegó un guardia, no ha podido salir.

- Joder, Greco, en una hora es la cena, tenemos que sacarlo.

- Ya lo sé, tengo un plan pero necesito tu ayuda.

- No se por qué intuyo que no me va a gustar.

- Ya, bueno, escucha.... - Greco explicó rápidamente su plan a Manolo pero tal y como había dicho, no le gustó ni un poco.

La Cárcel - Grecabo (SpainRP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora