La cena transcurrió sin incidentes, ambos se mantuvieron callados, pero Manolo no insistió. Greco no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido, sentía que se había traicionado a sí mismo, había follado con el chico que había abusado de él y lo peor es que le había gustado, no, le había encantado, no solo el acto en sí, sino escuchar como el rubio lo deseaba tanto como él, sentir el calor de su cuerpo, oírle gemir; no podía creer que lo hubiera hecho, llevaba mucho tiempo negándose a sí mismo los sentimientos que tenía hacia Gus, pero todo parecía haber salido de control porque cuando quiso darse cuenta... No era capaz de frenar todo aquello, además, las palabras del contrario no salían de su cabeza, no quería perderlo, no quería que muriera. Sentía que iba a explotar en ese momento por todas las emociones que estaba sintiendo a la vez, por lo que dejó la cena a medio terminar y salió del comedor rápidamente hacia el gimnasio, necesitaba soltar todo eso.
Por otro lado, Gustabo también estaba dándole vueltas a todo, sabía que había estado siendo injusto con Greco esos días, pero no esperaba que reaccionara así, tampoco entendía porqué el mismo le daba tanta importancia al moreno, aquello lo frustraba, nunca dejaba que nadie tuviera tanta importancia en su vida, porque sabía que eso volvía débil a la gente, pero con el mayor era inevitable, se sentía bien con él, siempre había huido de esa sensación asfixiante al estar atado a alguien, el problema es que con Greco no se sentía atado; entonces recordó una conversación que tuvo con él hace un tiempo, donde el contrario le explicó que cuando encontrabas a la persona correcta te sentías libre, aquello solo consiguió asustarlo más aún, se negaba a pensar que Greco pudiera ser la persona correcta para él y mucho menos creer en esas cursilerías.
La voz de Manolo lo sacó de sus pensamientos.
- ¿Por qué no se lo contaste? - notó una pizca de reproche, parecía recriminarlo por ello.
- No era necesario, no confío tanto en él - mintió, pero Manolo lo conocía bien y sabía que no era el motivo.
- Si vas a mentirme prefiero que no contestes, pero esta vez, no estoy de tu parte, creo que merecía saberlo y tú también lo sabes, ambos tenéis un lugar especial en la vida del otro, es normal que se sienta dolido, ¿al menos lo has hablado con él?
La pregunta hizo que sintiera calor en sus mejillas al recordar como terminó la conversación.
- Creo que lo he perdido - fue lo último que dijo antes de levantarse e irse a la celda con un nudo en la garganta que se había formado al decir aquellas palabras en voz alta y darse cuenta de lo que significaban.
Al día siguiente nada mejoró, aunque los tres seguían comiendo juntos para no levantar sospechas, no hablaban a penas.
Greco decidió dar otra vuelta por prisión, buscar algo que hacer, pero una voz que conocía bastante bien lo frenó.
- Greco, ¿otra vez husmeando en zonas peligrosas? - Armando se acercaba a él con esa sonrisa tan siniestra que siempre lo acompañaba en los momentos donde la superioridad le hacía sentir poder.
- Yo lo llamaría dar un paseo - respondió Greco con sequedad sin apartar su mirada.
- Tanto paseo de repente... ¿Acaso hay problemas en el paraíso? Gustabo y tú estáis peleados, con lo unidos que se os veía - la risa de los suyos no tardaron en escucharse.
- ¿Ya has terminado? Tengo prisa.
- No, aún no he terminado, tengo trabajo para ti.
- No lo necesito, gracias.
- No es una pregunta Greco, es un aviso - la sonrisa de Armando desapareció de su rostro.
- ¿Y por qué crees que voy a hacerte caso?
- Porque tu también puedes ganar algo, ¿Qué quieres? Puedo cederte a uno de mi repertorio de putas durante una hora, puedo darte droga o tal vez prefieras dinero, ¿cuál es tu precio Greco?
- No tengo precio, no me vendo por un culo.
- Todo el mundo tiene un precio, y el tuyo no debe estar muy alto si Gustabo lo pudo pagar tras lo que hizo - lo inspeccionaba de arriba a abajo como si buscara en su piel con que podría comprarlo.
Entonces la cara de Greco cambió, supo lo que iba a exigir a cambio - quiero información sobre una mafia.
La petición sorprendió al contrario pero accedió al trato - está bien, primero tu parte, deberás traerme un par de fundas de almohada de lavandería.
- ¿Para qué quieres eso? - preguntó el moreno extrañado, pero aliviado también ya que era un trabajo que podía realizar fácilmente.
- Tú encárgate de traer eso mañana y contestaré tus preguntas sobre la mafia que quieras - Greco asintió y se alejó del lugar, seguía sin entender la petición tan extraña de Armando, pero al ver que estaba dispuesto a ofrecer lo que hiciera falta por conseguir esas fundas, dedujo que eran importantes para él.
El resto del día todo siguió tranquilo, en la lavandería todo fue silencio ya que Gus y él seguían sin hablar; y al llegar la noche, Greco seguía dándole vueltas a la petición de Armando, quería que llegara el momento para sacar información sobre la mafia que mató a su hermana y a sus padres. Nunca había preguntado a Gustabo sobre eso, estaban centrados en la huida y tampoco le apetecía hablar con él de aquello, no le gustaba que lo mirara con lástima y siempre que salía el tema de lo que esa mafia le había hecho a él y a su familia, el menor lo miraba de esa forma.
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La Cárcel - Grecabo (SpainRP)
RomanceGreco, un nuevo integrante en la prisión, empieza a ser un estorbo para Gustabo y su plan de escape, al ver que sus métodos habituales no sirven con el nuevo, tendrá que buscar otra forma de convencerlo para que esté de su lado.