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Llegó la noche y seguían sin saber nada, además llevaba varias horas sin ver a Manolo, las ganas de llorar no paraban de aumentar y cuando estaba a punto de caer en la desesperación apareció Manolo con noticias.

- Tengo algo, ven conmigo - el rubio se levantó y sin cuestionar nada empezó a seguirlo, Gus se dió cuenta que se dirigían a enfermería y aunque le extrañó no preguntó nada hasta que el contrario se paró en la puerta se la sala y le indicó que entrara.

- ¿Tú quieres que me pillen? ¿Cómo voy a entrar ahí? - preguntó sin entender la intención del otro.

- Te he conseguido 5 minutos con él, aprovechalos bien, me han salido muy caros, estas son mis disculpas por impedirte ayudarlo, después de lo de Emilio... no quería perderte a ti también, lo siento - el rubio no sabía que responder a aquello, estaba sorprendido y agradecido en partes iguales así que susurró un gracias mientras entraba en la sala sin perder más tiempo.

- ¿Gus? ¿Qué haces aquí? - susurró Greco sorprendido, verlo vivo alivió tanto al menor que se acercó a él rápidamente abrazándolo con cuidado y comenzó a llorar como un niño pequeño.

- Lo siento Greco, de verdad que lo siento, todo es mi culpa por lo que te hice, y encima no te ayudé y ahora me odias de nuevo y te voy a perder y no quiero y no puedo y pensé que estabas muerto y... - empezó a hablar atropelladamente

- Shh, Gus relájate, nada de eso es verdad, tranquilo, todo está bien, estoy aquí, estamos bien - susurró intentando calmar al chico, pero impactado por su reacción ya que nunca lo había visto llorar, lo apartó suavemente y le miró a los ojos - no te odio, ¿vale? - el contrario asintió aún con los ojos rojos del llanto y las lágrimas sobre sus mejillas, las cuales fueron secadas por el moreno con suavidad calmando al menor.

- ¿Te duele mucho? - miró el costado de Greco vendado.

- Un poco, aunque no ha tocado ninguna zona importante así que estaré bien, pero escúchame Gus, lo siento mucho, se que no debí entrar a su juego, el plan se ha ido a la mierda, en cuanto pasen unos días me mandan a aislamiento.

- Lo retrasaremos, no importa, encontraremos algún otro plan.

- No, no se puede retrasar más, la he cagado yo y cargaré con ello, seguid vosotros con el plan como estaba pensado, solo júrame que vengarás a mi hermana, solo eso por favor - la mirada de Greco expresaba tanta desesperación por la venganza que el menor lo juró sin dudarlo.

- Gus, hay que irse ya - Manolo se asomó rápidamente a la sala avisando al contrario y volvió a desaparecer tras la puerta.

- Me tengo que ir, no quiero que termine así, no quiero no volver a verte, ni quiero dejarte con Armando y los suyos - las ganas de llorar estaban volviendo pero luchaba por contener las lágrimas.

- Todo va a ir bien, disfruta de tu libertad por los dos y no vuelvas a meterte en esas cosas, vive una buena vida Gus, eres buena persona - el rubio sintió culpa al ver como el moreno le sonreía y animaba cuando él era quien merecía esa vida, el era el que estaba encerrado injustamente, Greco era quien merecía esa libertad.

- Te quiero y odio pensar que esto termina así, por favor, cuídate mucho - se giró para salir de la sala sin esperar la respuesta del contrario, pero un tirón en su brazo le hizo volver al lugar anterior y lo siguiente que sintió fue los labios del moreno sobre los suyos, un beso lento, lleno de sentimientos, lleno de todas aquellas cosas que no pudieron ser, lleno de tristeza por el final que tenía todo aquello, pero un beso que ambos necesitaban en este momento.

Tras unos segundos ambos se separaron y se quedaron en silencio mirándose en uno al otro. Un pequeño golpe en la puerta indicando que el rubio estaba demorándose más de lo que debía, los sacó de aquella burbuja que habían creado.

- Mucha suerte, Gus - el menor asintió y volvió a abrazar al contrario antes de alejarse y salir de la sala, mirando a Greco por última vez, que lo observaba con una sonrisa que se dispersó al ver como aquella puerta se cerraba llevándose para siempre al chico del que estaba enamorado.

Habían pasado dos días desde lo ocurrido y Greco se encontraba en aislamiento, lo habían traído esa misma mañana, sabía que quedaba poco tiempo para perder a Gus y a Manolo, se sentía frustrado y enfadado por ello, no dejaba de imaginar situaciones donde no hubiera reaccionado así y hubiera escapado con ellos.

Las horas pasaban lentas, los días más aún, no sabía cuanto tiempo llevaba allí, había perdido la cuenta hacía bastante, sentía escalofríos y la herida del navajazo empezaba a doler más de lo que debería - Es lo que me merezco por gilipollas - se dijo a sí mismo. Apenas tomó nada en las tres últimas comidas, no sentía fuerzas, ni ganas, solo quería dormir y más mantas, tenía muchos frío, el cuerpo temblaba cada vez más y la herida empeoraba por momentos, Greco sabía lo que estaba pasando, una infección en el corte, pero no sería el quién avise a los guardias, lo había decidido, Gus le dijo que vengaría a su hermana y eso era suficiente para dejar de luchar, no quería estar toda la vida solo en prisión, era mejor dejarse morir.

Los días pasaban y seguía esforzándose en que, los pocos guardias que venían de vez en cuando, no notaran lo que estaba ocurriéndole, luchaba por mantenerse despierto a pesar de la fiebre, si perdía el conocimiento se darían cuenta, pero no estaba siendo fácil, nada fácil.

- Greco no lo hagas, lucha, no te dejes morir así - aquella voz hizo que abriera los ojos rápidamente, era Gus, estaba allí, en la misma celda, y lo miraba preocupado, el rubio se acercó a él y lo abrazó - eres fuerte, encontrarás otra forma de escapar, pero no te vayas así por favor - hacía tantos días que no lo veía que no pudo evitar sonreír al ver esos ojos azules que tanto le gustaban.

- Te echaba de menos - fue la única respuesta por parte de Greco junto a una caricia lenta en su cara.

- Y yo a ti - sonrió también y cerró los ojos ante el tacto del moreno.

- No quiero luchar más Gus, estoy cansado, solo quiero dormir - sus ojos empezaron a cerrarse.

- Greco, no cierres los ojos, mírame por favor, mírame - la desesperación se notaba en su voz.

- No estás aquí realmente, ¿verdad? Solo es mi cabeza alucinando, eso quiere decir que estoy cerca de descansar al fin - sonrió con los ojos aún cerrados - Te quiero Gus, espero que me perdones por esto - fue lo último que dijo antes de perder la conciencia y ver como todo se volvía negro.

La Cárcel - Grecabo (SpainRP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora