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Había pasado una semana desde la pelea, ambos habían recibido como castigo 2 semanas en aislamiento, aunque Gus había estado la primera en enfermería. Aquella mañana Greco escuchó como lo dejaban en la celda de al lado.

- Greco - era la voz de Gustabo, pero el moreno se negaba a hablar con él, no quería que lo manipulara, recordaba aún los primeros días en prisión donde el rubio hablaba orgulloso de su poder de convicción.

- Déjame

- Solo escúchame una vez, solo una - esperó unos segundos y al ver que Greco no dijo nada, decidió hablar - Nosotros no sabíamos nada de eso, llevo muchos años sin poder acercarme a la mafia, te dije que me encerraron hace 7 años con perpetua, al escapar, nos pillaron en 4 meses, ni siquiera pudimos llegar a nuestra sede, llevo 7 años sin saber bien que ocurre ahí, no sabía que se dedicaban a eso ahora, Manolo tampoco sabe nada, ya he hablado con él.

- No te creo

- Te juro que no lo sabíamos, joder Greco, eres listo, razona, ¿como voy a saberlo si estaba aquí?

Sabía que lo que Gustabo decía tenía sentido, pero aún así seguía enfadado, no era justo todo lo que le había pasado en esos años, no lo era, y estaba harto de estar callado. Se puso en pie y comenzó a dar vueltas en círculo en la habitación, necesitaba soltarlo todo, así que empezó a golpear lo que se cruzara en su campo de visión, un golpe por cada recuerdo: su madre, una mujer joven, alegre, cariñosa, golpe a la cama; su padre, un hombre justo, sonriente, que le había enseñado tantas cosas, golpe a la pared; su hermana, tan pequeña y risueña, aún tenía mucha vida por delante pero se la arrebataron, golpe a la puerta; y así estuvo durante no se sabe cuanto tiempo, pero lo que sí sabía es que las manos le dolían de golpear, paró en seco y se dejó caer al suelo dando un grito tan desgarrador que sentía que la garganta iba a salirle por la boca, tras eso se quedó llorando en silencio en una esquina de la habitación mientras se abrazaba a sí mismo.

En la celda de al lado se hallaba un Gustabo desesperado, no sabía que hacer, llevaba gritando durante tanto rato que sentía que iba a perder la voz, intentó llamar a los guardias cuando empezó a oír los golpes de Greco, al ver que no llegaban intentó calmarlo, pero tampoco funcionó, no entraba en razón, no escuchaba; pero lo que más le inquietó fue ese grito y el silencio tras él, comenzó a llamarlo con desesperación, pero solo recibía silencio por lo que imaginó lo peor, ¿y si lo había perdido para siempre?

Después de horas sin obtener una respuesta del moreno, Gus terminó quedando dormido. Por otro lado, Greco seguía en la esquina de aquella celda, sin reaccionar.

Pasado unos minutos, la puerta se abrió haciendo que el mayor saliera del shock y dejando ver a un guardia

- Sal - Greco no entendía nada, si no había calculado mal, aun le quedaba una semana al menos - he dicho que salgas - la paciencia no era una de las virtudes de los guardias de prisión por lo que se levantó rápidamente y salió sin decir nada.

Ambos caminaron hacia las celdas comunes, alejándose de aislamiento y una vez allí, el guardia se giró hacia él - ya ha terminado tu tiempo en aislamiento, no te creas que siempre va a estar tu amigo para librarte - aquellas palabras confundieron aún más a Greco, no entendía que estaba pasando, ¿habría sido Manolo? No, hubiera sacado a Gus de allí, no a él, pero entonces escucho su voz.

- ¿Qué tal la estancia en aislamiento? Sabía que había problemas entre Gustabo y tú, pero nadie esperaba que fuera a terminar así - su tono burlón molestó a Greco, pero decidió no demostrarlo.

- ¿Por qué me has sacado de ahí antes de tiempo? No pienso hacer nada a cambio, si es lo que esperas mejor vuelve a llamar a ese guardia y que me lleve de vuelta - Armando rió y negó con la cabeza

- Tú siempre a la defensiva, relájate hombre, esto es para pagar el favor que me hiciste con las fundas de almohadas, ya que al final no te di información sobre la mafia porque desapareciste, al menos te pago de esta forma, estamos en paz, a mi tampoco me gusta tener deudas pendientes - Greco seguía mirándolo con desconfianza pero asintió levemente - y bueno... ¿Te has quedado solo? Podrías unirte a mí si quisier... - la voz de Manolo interrumpió a Armando.

- ¿Greco? ¿Que haces aquí? - se acercó sorprendido de verlo fuera, pero al notar la presencia de Armando lo miró con frialdad - Vamos - el moreno asintió y se dispuso a seguirlo.

- Piensa en mi propuesta - fueron las últimas palabras de Armando antes de irse del lugar en dirección contraria a Manolo y Greco.

- ¿Qué hacías con él? - la acusación de Manolo le molestó, después de todo lo ocurrido no iba a permitir que lo regañara como a un niño.

- ¿Y a ti que te importa? Después de lo que habéis hecho deberías dar las gracias de que no os mate - el contrario paró en seco y se giró hacia él.

- ¿Todavía sigues con eso? Joder Greco, eres un cabezón, ya hemos dicho que no sabemos nada de eso - la cara de Greco indicaba que no le creía ni una sola palabra - mira he estado investigando, he hablado con contactos y por lo que he entendido la mafia ha cambiado mucho desde que no estamos allí, Gus siempre tuvo mucho poder y no todos estaban de acuerdo en sus decisiones, pero había un chico en concreto, Yun Kalahari, siempre hemos sospechado que fue el que hizo que nos pillaran y nos encerraran aquí, tenía mucha envidia del poder de Gus, quería ser como él, pero era demasiado sádico... hasta para nosotros, al parecer ha conseguido hacerse con el control de la mafia y ha cambiado todo - hizo una pequeña parada esperando a que Greco asimilara todo y continuó - tu decides si quieres creerme o no, pero te aseguro que nosotros no somos tu enemigo, ni los culpables de nada, Gus me ha contado porque te pusiste así, nosotros no mataríamos a una niña, Greco, y también queremos venganza - tras terminar se alejó dirigiéndose a su puesto de trabajo, ya que su turno comenzaba en unos minutos y dejó al moreno solo, el cual andó hasta la celda y se tumbó en su cama a pensar en todo aquello.

Después de estar todo el día dándole vuelta al asunto, tomó una decisión, y a la hora de la cena se sentó en la mesa frente a Manolo para hablarlo.

- Está bien, te creo y cuando salgamos de aquí vamos a ir a por ellos si o si, no es una opción, ¿entendido? - el contrario sonrió triunfante al escuchar aquello.

- No sabes cuantas ganas tenía de oír eso.

La Cárcel - Grecabo (SpainRP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora