13

75 3 2
                                    

La mañana siguiente, al llegar al comedor pudo observar como Greco intercambiaba algunas palabras con uno de los funcionarios, fue una conversación breve, pero aquello le inquietó.

- Hey, hoy te has despertado antes, ¿no? - preguntó Gustabo sentándose junto a él con el desayuno ya en su bandeja.

- Si - le extrañó esa respuesta tan seca pero no quiso indagar más respecto a eso.

- ¿Qué hablabas con ese? - señaló con la cabeza hacia el guardia mientras comenzaba a desayunar.

- Nada importante - resopló al ver como el contrario le dedicaba una mirada desconfiada - no estoy jodiendo tu plan, tranquilo - rodó sus ojos y comenzó a desayunar sin ganas.

- No es eso lo que me preocupa, es solo... que no quiero que te metas en lios, no hagas tratos con ellos, ni intentes meterte en los negocios de Armando, por favor - aquello le tomó de imprevisto al moreno, no esperaba eso por parte de Gustabo.

- No estaba haciendo nada, solo hice una pregunta, de verdad, no te preocupes, ¿vale? - el rubio asintió algo más tranquilo pero seguía sin entender que le pasaba a Greco, estaba muy raro.

El desayuno siguió sin mas interrupciones y el resto de la mañana Gustabo no supo nada sobre su compañero, sin darle más vueltas al asunto se fue a organizar algunas cosas para la huida, quería obtener información sobre la fiesta, asegurarse de que sería el mismo día que cada año y que todos los funcionarios asistirían.

Tras varias horas haciendo preguntas y cobrándose favores que le debían, pudo confirmar a un 99,99% que todo saldría como tenía previsto, siempre dejaba un margen de error, su "0,01% de la suerte" como solía llamarlo, según Gustabo si siempre contaba con ese porcentaje como una pequeña posibilidad de fallo en cada plan, éste saldría bien, sabía que era una tontería pero le servía de amuleto.

La hora del almuerzo llegó y esperaba que el ánimo de Greco hubiera mejorado pero no fue así, se repitió la situación del desayuno, ambos comieron en silencio. Gustabo no quiso presionarlo, pudo ver en su cara que estaba siendo duro aguantar la compostura para él y no pensaba ponérselo más difícil, pero si quería que entendiera que estaba ahí si necesitaba algo, no podía dejar que el chico se hundiera, aún lo necesitaba para escapar... O al menos quería creer que ese era el motivo de su preocupación por él, así que antes de salir de aquella sala le dio un apretón suave en el hombro en señal de apoyo que el contrario agradeció con una leve sonrisa.

Durante la tarde volvieron a encontrarse en la lavandería, estaban trabajando en silencio cuando pudo escuchar la voz del moreno.

- Oye, mira por donde andas joder, me has echado todo encima - Greco tenía la camiseta empapada de detergente, al parecer había chocado con otro preso, mal día para aquello.

- ¿Yo? Mira tú por donde andas - el preso le dio un empujón con su hombro en el del moreno, lo cual provocó que este se girara rápidamente y lo empujara de vuelta.

- ¿Qué pasa? ¿Encima que me has echado esta mierda me vas a vacilar? - Greco agarró al otro del borde de su camiseta, lo que hizo reaccionar al fin a Gustabo.

- Greco, oye cálmate - se acercó a él y lo separó del preso que también estaba siendo arrastrado a otra zona por algún compañero - ¿Se puede saber que te pasa hoy? Cálmate joder que ha sido un accidente - pero eso solo empeoró la situación.

- ¿¡Que me calme!? Claro, como no es a ti al que le han tirado detergente encima, pues que fácil, cállate la boca - miró al rubio enfadado pero al ver esos ojos azules dedicarle aquella mirada que le producía escalofríos, suavizó su rostro.

- Estoy intentando tener paciencia contigo, pero hoy la estas agotando y te aseguro que no quieres eso - el mayor apartó la vista y Gustabo se relajó al ver que había logrado que se calmara.

- Lo siento - susurró.

- Vamos, cámbiate y respira hondo o a este ritmo acabas en aislamiento tú también y paso de quedarme solo en la celda, que me aburro - habló mientras buscaba una camiseta para el contrario el cuál sonrió por el comentario del rubio - toma aquí tienes - cuando se giró para entregarle la prenda limpia pudo ver el torso desnudo del moreno, lo observó detenidamente por unos segundos pero rápidamente apartó la mirada y tomó la prenda manchada colocándola en el cesto.

Esperaba que el otro no lo hubiera notado, pero al girarse de nuevo y ver su cara de desconcierto supo que sí, efectivamente, lo había notado, aún así decidió que era mejor no comentar nada al respecto y dejarlo pasar y al parecer Greco había elegido hacer lo mismo.

- Bueno, ¿me vas a decir que te pasa hoy? No pensaba preguntar pero tío casi terminas en aislamiento por una camiseta - realmente buscaba acabar con la tensión que se creó tras la situación anterior y al parecer sirvió.

- Nada, no quiero hablar aquí - se alejó para seguir con su trabajo.

- Ya hablaremos - susurró volviendo a su puesto.

El resto de la jornada prosiguió sin problemas al igual que la cena, pero al llegar a la celda Gustabo no perdió mucho más tiempo, quería saber que estaba pasando.

- ¿Qué te ha pasado hoy? Desde que esta mañana te he visto con el guardia estás rarísim...

- Es... era el cumpleaños de mi hermana, ya puedes dejar las hipótesis, a ese funcionario solo le pregunté qué día era hoy, no estaba seguro, solo eso - al oír aquello asomó su cabeza hacia la cama de abajo para observarlo, estaba tumbado de lado por lo que podía ver su expresión sin problemas, su mirada estaba perdida, sin vida; tenía los brazos pegados a su pecho y las piernas ligeramente recogidas hacia este también, parecía un niño asustado, había perdido todo, y Gustabo no puedo evitar sentirse reflejado en él, pues también perdió su familia hace tiempo, sabía lo que dolía.

- Lo siento mucho - no era una situación fácil para él tampoco, no sabía como ayudar a alguien en un tema que ni él mismo había superado y aquello lo hizo sentir solo también.

- No te preocupes - susurró el moreno - estaré bien - el menor asintió y se volvió a tumbar en su cama.

Pasaron unos minutos y el vacío que estaba sintiendo en su pecho no desaparecía, quería compañía, sentir que tenía a alguien cerca y supuso que Greco debía sentirse igual, así que sin pensar mucho más en ello, dejó caer su brazo por el borde de la litera y abrió y cerró la mano un par de veces, dándole a entender al contrario que la agarrara, sabía que la distancia entre ambas camas no era muy grande así que su compañero vería la mano sin problemas.

Pasaron unos segundos y empezó a creer que aquello había sido mala idea, estaba a punto de subir el brazo cuando sintió la mano del contrario sobre la suya, al principio fue un leve roce pero terminó por agarrarla.

Ambos se sintieron acompañados y el vacío que sentían se transformó en calidez, sus corazones latían rápidamente, se sentían estúpidos, parecían adolescentes al ponerse nerviosos por un gesto tan simple como ese, pero Gustabo se dijo que era culpa de los nervios que había pasado al ser el primero en dar el paso y Greco se excusó en que estaba inquieto por si, en un futuro, el rubio usaba esto en su contra, pero estaba cansado y cuando volvió el recuerdo de lo que le había hecho el otro, lo ignoró como pudo y se dispuso a dormir; esa noche necesitaba compañía y el único que podía dársela era él.

Solo es falta de afecto, se dijeron a sí mismos los dos chicos en un intento de calmar las emociones que sentían, y pareció servirles porque en cuestión de minutos cayeron en un profundo sueño.

La Cárcel - Grecabo (SpainRP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora