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Christopher veía fijamente al niño dormido en el asiento de su lujoso auto, con ese peluche dentro de sus brazos, y esa hermosa cara de ángel inocente.

La carretera estaba vacia, no había autos, era aún mejor, así podría admirar ese rostro que le causaba tentación de manera libre.

Dentro de su cabeza recorría el pensamiento de cómo todo lo que él quería se hacía tal y como lo ordenaba, entonces, simplemente sería un desliz, un pequeño experimento, un incendio.

No se daba cuenta del fuego que provocaba, así que haría un pequeño juego, un bebé tan bonito, inocente, seria tan fácil de hacer obedecer.

Tal vez Hyunjin si amaba a Jeongin, si lo deseaba, si lo apreciaba, pero...¿un hombre adulto de 29 años, multimillonario, alto, guapo, tatuado y con un carácter de la mismísima mierda? claro que ganaría,  ganaría a toda costa, Christopher era el diablo, tenía al diablo en su interior.

Tenía un pequeño plan, pondría a prueba la cordura del más pequeño, ¿por qué? porque así le daba la gana, sin importarle nada ni nadie, tal cual había hecho toda su vida, si lo quería, no tenía porque abstenerse.

Salio de su transe cuando el niño se revolvió en si lugar soltando un pequeños quejido, sólo para acomodarse, encogiendo sus pies sobre el asiento, viéndose aún más pequeño.

-Dentro de 5 minutos habrá una tienda, me detendré para comprarte comida, ¿entendido?- pregunto serio, como siempre, con esa dureza que dejaba tus bragas tan húmedas que necesitabas exprimirlas.

Hwang se paro rápido y confundido, acomodo rápido su cabello y sin mirarlo como de costumbre, respondió.

-Si señor, gracias- contesto en voz baja, haciendo una pequeña reverencia en su lugar, apretando a su conejito dentro de sus manos.

-Muy bien- felicito de manera inconsciente, puesto que para Christopher todo buen comportamiento merecía una buena recompensa.

Continuo por la vacia carretera hasta que llegaron a él lugar antes mencionado.

Hyunjin se sentía tan raro, era tan pero tan diferente estar con Jeongin que con su hermano mayor.

Al momento de estacionar el auto como ya se acercaba el anochecer Hyunjin quería cumplir esa mala costumbre que siempre tenía que hacer.

Bajo caminando colocándose detrás de Christopher, pero esta vez no caminaria detrás de él.

Chris lo tomo del brazo de forma suave colocándolo a su lado, no quería que ningun maldito mirara a Hyunjin, puesto que allí si había personas, sobre todo hombres, y sinceramente hyunjin tenía carita de ángel y cuerpo de tentación, eso no lo ayudaba.

La diferencia de estatura daba una vista espeluznante, Hyunjin era muy bajito, y Chris media 1.95, la pareja perfecta ¿no lo creen?

Al entrar a la tienda Hyunjin corrió emocionado, viendo que había un estante lleno de dulces de muchos tipos, adoraba los dulces.

Sin embargo Yang estaba tratando de estar bien, después de ver cómo miro el cajero de la tienda a Hwang, así que discretamente se acercó, y pues hizo, lo que se tenía que hacer.

-Sin ver, sin tocar, sin hablar, es mío- habló toscamente frente al chico que era mucho más bajito que él, este mismo agachó rápidamente la mirada, primero porque el más alto daba miedo cuando se enojaba, y segundo, se notaba a kilómetros que estaba forrado en billetes.

Después de eso Christopher cambio sus facciones, a las serias de siempre, tomó dos cajas de cigarros de las más caras que pudo encontrar allí y las puso sobre la caja, mirando de lejos como Hyunjin llevaba dulces en las manos, y escogía su comida y bebida.

En la privacidad del auto se solucionaría esa situación.

Miro con una sonrisa leve al niño correr con felicidad a la caja de cobro, sintiendo conformidad cuando el cajero agacho inmediatamente la mirada y no dijo una sola palabra, tal y como se le había pedido.

-¿Tarjeta o efectivo?- pregunto con la mirada pegada a la caja de cobro.

-Tarjeta- contestó, sacando de una bonita billetera de cuero negro una tarjeta del mismo color.

Después de cobrar tomo la bolsa con las cosas, sin dejar que Hyunjin cargará absolutamente nada.

Caminaron de regreso al auto, haciendo que Hwang subiera al mismo cuando le abrió y le cerró la puerta.

Se coloco en el asiento, mirando como el niño si aprendía rápido, ya se había colocado el cinturon.

-Ten pequeño, tu comida- habló dándole la bolsa que contenía un pan relleno de jamón y una pequeña botellita con leche, la última la miró con gracia.

Hwang tomo todo agradeciendo con una reverencia.

-¿Y mis dulces señor?- pregunto Hyunjin con un puchero inconsciente en los labios.

Haciendo por primera vez en el día que Christopher sonriera en grande, ese chiquito no tenía disciplina, él lo iba a educar, una muy muy buena educación.

Se acercó de manera muy rápida a su rostro acorralandolo contra el asiento del auto, haciéndolo sentir una punzada en el vientre.

-No habra ni un solo caramelo hasta que no termines toda la comida, y te recuerdo que las cosas se piden por favor- susurro con voz gruesa en el oído del más bajito, disfrutando como este soltaba un suspiro de sus labios en cuanto se quito de encima de él como si nada.

-Si señor- contestó con la voz baja, comería, porque quería sus dulces.

Christopher miro al frente, esperaba todo saliera como lo estaba planeando.

El camino siguió, Hyunjin terminó su comida, y después de pedir las cosas como debía, le entregaron sus dulces.

Rato después llegaron a un hotel, hermoso, lleno de lujo, como ya era normal.

Christopher aparco en la entrada, sonriendo con malicia cuando vio que Hyunjin bajo su bolso y tenía carita de preocupacion al no encontrar el peluche de conejito, y vaya que no lo encontraría, no por ahora.

-Vamos, ya están mis padres esperando en las habitaciones para que dentro de un rato podamos dormir- habló mientras caminaba, siendo seguido por el más bajito.

Una vez llegaron, a un lugar privado del hotel que estaba reservado solo para ellos, Chris ayudó a Hyunjin a colocar el agua caliente en la regadera, saliendo del enorme cuarto lleno de cosas, sin decirle una sola palabra, dejando a Hyunjin confundido, tal vez, ya se había cansado de estar todo el día con el, o tal vez también eso era parte del plan.

Christopher tenía su propia habitación al lado de la de Hwang, eso también le daba ventaja.

Hyunjin se baño con el agua caliente, para después colocar su pijama, secar su cabello y prepararse para dormir, pero olvidaba algo importante, ¿dónde estaba su conejito de peluche?

No podría dormir sin él, y tampoco podría dormir por otras situaciones del destino.



DADDY ISSUES - Jeongjin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora