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Seungmin hablaba con Jeongin de la manera más morbosa posible, sin embargo como buenos hombres lo consideraban normal.

-Entonces qué, ¿ahora le ves la verga a tu hermano Christopher cuando se cogen a su noviecito?- soltó mofandose a carcajadas de la situación mientras ponía más vino en su boca.

Siendo asesinado con la mirada por Jeongin, al cuál sinceramente no le daba gracia, si le vio la polla, pero vamos, no era necesario recordárselo, sabía que ese era el deseo de muchas mujeres y hombres pero no el suyo.

-¿Y a ti que putas te importa Seungmin?- inhaló fuerte de ese cigarrillo costoso, le gustaba quemarse la mano con este mismo cuando ya estaba casi consumido en sus totalidad.

-Ya sabes que a mí no me vas a venir a hablar así mocoso, una puta bofetada en el culo y con eso te bastará para callarte- casi grito en su cara, Seungmin era controlador, pero llegando a ese nivel enfermizo, ese nivel que daba miedo y no excitación.

Yang solo rodó los ojos, le molestaba tener que callarse.

-Yo no soy uno de tus miles de sumisas y sumisos, así que bájale o salte a la mierda de mi casa- le respondió riéndose, sabía que con eso las cosas se relajarían.

-Bueno, es que sinceramente soy algo así como tu fan, ni porque me fueran a matar Jeongin yo compartiria a mi novia o novio con mi hermano, lo que es mío es mio y no se toca ni en broma- hablaba en serio, le molestaba y mucho que cualquier persona se acercara a alguno de sus juguetitos, eran suyos, no para compartir.

-Si Kim eso lo se, ¿que crees que se me va a olvidar esa vez que casi matas a uno de los empleados de tu empresa a golpes cuando te diste cuenta que intento hablarle a una de tus mil niñas que tienes allí en el montón para cogertelas cuando quieras y en donde quieras?- sonrió crudamente, el estaba mal, pero su hermano Christopher y Seungmin tenían el puto demonio adentro.

Los conocía bien, dos hombres enfermos que ni un exorcismo los sacaría de sus vicios ni de sus problemas mentales.

-No Yang, eso nunca se te va a olvidar porque sabes cómo soy, me conoces, es mejor respetarme a meterte en el problema de tu vida y no salir vivo- hablo con normalidad tomando un gran trago del vino frío que había en esa copa costosa, quería más, tal vez ya era adicto al alcohol pero eso qué importa, nada, absolutamente nada.

-Me das miedo cabron, me das puto miedo, ya mejor lárgate de mi casa- hablo Jeongin sin saber ni que decir, Seungmin era su mejor amigo, pero sinceramente había muchas veces en qué le daba miedo.

Kim Seungmin se empezó a carcajear sobando su estómago gracias al dolor de reír tanto, amaba a su amigo, adoraba ver qué era tan intimidante que la gente le terminaba teniendo miedo.

-Tu no te preocupes Innie, tu eres como mi bebé, a ti nunca te haría nada- le explicó aún riendo, sabía que lo que decía era verdad, debía estar drogado para lastimar a los que amaba, y tal vez era alcohólico pero drogadicto jamás.

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El día transcurría, y Christopher había comprado una caja llena de ropas bonitas para su novio, bueno, si es que se le consideraba ropa a esas pequeñas prendas.

Pero conocía a Yang, y se conocía a él mismo, y a ambos les gustaba ver cómo en sus presas se marcaba o su coño o sus pequeños penes sobre la delgada y delicada tela.

Era más como un regalo para que Hyunjin se mirara más bonito de lo que ya era.

La tarde noche comenzaba a avanzar al igual que sus ganas de el espectáculo.

Había hecho que Jeongin saliera temprano de la empresa, llevando la caja con el regalo a la casa del mismo dirigiendo a Hwang con él.

-¿En qué piensas princesa? desde que subiste al auto solo miras a la ventana y ni un beso para papi- le hablo con esa sonrisa cínica que hacía cuando forzosamente queria algo.

-Me gusta ver por la ventana papi, es bonito ver las calles llenas de casas lujosas y carros cuando nos dirigimos a la casa de papi Jeongin y la tuya también, pero si querías un besito solo debias pedirmelo, sabes que te voy a obedecer siempre - sin mas se acercó dejando un suave y bonito beso en los labios del mayor, haciendolo sonreir de lado.

Frunció sus manos sobre el volante haciendo que sus venas se marcarán, siendo discretamente observado por Hyunjin.

Le encantaban las manos de Christopher, cuando las veía le gustaba imaginar que esas eran las manos que le agarraban la cintura para cogerselo tan duro que no podría caminar después.

Después se sentía culpable, odiaba ser así de hormonal.
-Sabes amor, cuando cumplas 18 años uno de mis regalos será un auto, deberías de empezar a buscar en internet o en la calle un auto que te guste, y sin ningún problema te compraré el que tú quieras y te enseñaremos a manejar, Jeongin y yo, ¿te parece?- le pregunto dulcemente sintiendo como a pesar de eso Hwang continuaba mirando distraído la ventana con las manos pegadas al pecho, le asustaba pensar que se sentía mal su bebé.

-Si papi muchas gracias, pero no es necesario que gastes tanto dinero en mi...- susurro sin voltear mucho a ver al mayor, definitivamente ya lo estaba preocupando, lo bueno que ya habían llegado a la casa de Jeongin y el enorme y negro portón eléctrico se estaba abriendo.

Al bajar del auto Hwang camino rápido hacia el interior de esa mansión la cual ya no miraba con asombro puesto que ya se había acostumbrado.

Christopher solo tomo la caja rápidamente siguiendo al niño que llevaba un pequeño short de tela suelta ceñida a sus muslos y una blusa bonita.

¿Y si Hyunjin estaba enojado? y por eso actuaba así...ojalá no, no le gustaría eso.

Camino rápido cruzando la puerta viendo como Jeongin ya estaba en el interior con la pijama puesta bebiendo un vaso de agua detras de la barra de la cocina.

-¿El conejito escapó porque tiene un enorme problema y al parecer está muy pero muy avergonzado?- le explicó Jeongin a su hermano al mirar la cara de obvia confusión que tenía puesto que no entendía nada de lo sucedido.

-¿De qué mierda hablas Jeongin?- interrogó sin entender nada.

-Jinnie trae una erección enorme en los shorts y está tan avergonzado que no sabe que hacer, en cuanto me vio corrió a encerrarse en el baño, escuché que abrió la llave, posiblemente va a bañarse para que se le baje- volvió a explicar riéndose de la situación que para el era tierna mientras salía de la barra de la cocina.

Christopher solo se rió roncamente, con razón no volteaba y no se quitaba esas pequeñas manitas de la parte baja de su cuerpo.

Pero que crueldad, para que bañarte para bajar la excitación si tienes a dos hombres tatuados y dominantes fuera del cuarto de baño que te pueden dar la follada de la vida.

Christopher abrió la caja enseñándole a Jeongin el contenido si entiendo satisfacción al ver la sonrisa cínica de su hermano menor.

-Saquemos a la princesa del baño, y ayudemosla, tal vez se termine orinando sobre algo, eso sería lindo- le propuso Jeongin a su mayor, el cual asintió caminando juntos en dirección al baño con intenciones nuevas.

Sería una noche perfecta, arruinar la mente del menor aún más, solo si es que se podía.

DADDY ISSUES - Jeongjin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora