Durante el camino a la oficina, Ian no dejaba de sonreír como idiota y me miraba de reojo algunas veces, yo solo me dedicaba a mirar por la ventana.
Al llegar al edificio que vi tantas veces, entramos en el estacionamiento que por supuesto tenía un lugar reservado para el señor Levidier, nos bajamos del coche y no sé qué pasa pero siento mi espalda contra una pared y la mirada penetrante de Ian sobre mi cuando siento sus labios sobre los míos abro los ojos como platos pero después paso mis brazos por sus hombros, el bendito oxigeno nos hace falta y nos separamos.
-Muy bien Joven Reid, hora de trabajar- cambia su actitud divertida por la del hombre de negocios.
-Si señor Levidier- digo riendo y el hace una media sonrisa.
Entramos al edificio y oh... mierda, todos los empleados nos miran con la boca abierta, espero que no les entren moscas, pobrecitos, Ian saluda a todos con la cabeza y les sonríe amablemente, yo voy detrás de él y siento las miradas de las chicas queriendo matarme, Sasha me mira con cara de interrogación y solo me encojo de hombros.
Cuando subimos al elevador, damos un suspiro al mismo tiempo y me voltea a ver hacia abajo y yo hacía arriba.
-Qué bueno que te di esa pastilla.
-¿Por qué lo dices?
-Porque si no te la hubiera dado, te seguiría doliendo el trasero y sería mucho más raro que entres con el jefe y aparte cojeando- suelta una carcajada y lo fulmino con la mirada.
Ojala que la puerta se cierre y por alguna razón tu "cosita" se quede atorada en la puerta, rio por mi estúpida imaginación pero creo que si sería muy doloroso, además se siente...
-Sebastian, ¿vas a bajar del elevador sí o no?
-Eh? Si...- mierda, por pensar tonterías no me di cuenta de cuando habíamos llegado al piso de la oficina.
Cuando entramos a la oficina, a la vista nos queda todo el escritorio de Ian lleno de papeles, de tal modo que hacían torres.
-Que...
-Mierda...
-Eso era exactamente lo que iba a decir, háblale a Jennifer y dile que sí que carajos hacen todos estos papeles en mi escritorio- asiento.
Voy hacía Jennifer que está sentada en su escritorio limándose las uñas.
-Jenny... el señor Levidier está preguntando por todos los papeles que hay en su escritorio.
-¡Sebas! – Voltea a verme dejando su lima- Hace poco vino Levidier papá y dijo que su hijo tendría que hacer todos esos papeles por él, que ya estaba mayor para estar sentado tanto tiempo- ríe- y le dejo todos esos papeles.
-¿el padre de Ian? Uau no lo conozco, muchas gracias yo le diré a Ian.
-¿Ian? ¿Le llamas por su nombre?- me mira sorprendida, mierda, se me olvido.
-Errr, solo cuando estoy con otras personas a él lo llamo señor Levidier, como debe ser.
Uff, menos mal que se me ocurrió esa excusa.
-Aaaaaah, ya me habías asustado, con eso de que entraron juntos al edificio.
-Si... bueno, nos encontramos afuera.
-Siempre llegas tarde.
-Esta vez llegue temprano.
-No te creo.
-En serio.
-Como sea, vete que de seguro debe de estar enojado.
-Si... gracias.
Me doy la media vuelta y me voy, esta chica está loca, interrogándome de esa manera como si fuera mi madre al llegar tardísimo de una fiesta y yo trato de fingir que no tome nada de alcohol.
Ian me obligo a ayudarle a revisar los papeles durante todo el día, no sé en qué momento acabamos pero me sentía exhausto y no había comido nada, tenía muchísima hambre.
-Sebas...
-¿Hmmm?
-Tengo hambre.
-Somos dos.
-¿Te puedo comer?
-Me temo que no.
-¿Porque no?
-Porque no soy comestible y además te comería primero, creo que puedo morir del hambre que tengo.
-Vámonos a casa- que bonito suena- hay que cenar algo, le diré a la señora Robinss que nos prepare algo de cenar.
-¡COMIDA! – grito levantándome de mi silla y siento entumido mi trasero, me levanto como viejito y oigo la risita burlona de Ian, como detesto cuando hace eso.
Él también se levanta y los dos empezamos a recoger nuestras cosas para meterlas al maletín, termino antes que él y lo espero enseguida de la puerta, estaba a punto de cerrar su maletín cuando su celular sonó.
-Sebas... ve adelantándote al coche y que nadie te vea, ten- me arroja las llaves y ve su celular- cuidado.
Salgo de su oficina, cerrando la puerta, lo miro por un mini espacio antes de cerrarla completamente cuando lo miro con cara de enfado, dando vueltas con el celular en la mano pero no alcanzo a escuchar que dice.
Me despido de Jennifer, subo al elevador y me voy a despedir de Sasha cuando veo que ya se fue y que bueno, porque no estoy listo para el segundo interrogatorio.
Salgo al estacionamiento y para mi suerte no hay nadie, me subo al coche de Ian y me recuesto en el asiento... me pregunto quién habrá sido su llamada telefónica.
Después de unos minutos de larga espera, abre la puerta del coche, estoy a punto de decir unas bromas del tiempo que tardo, pero cambio de parecer cuando veo su rostro enojado y con cara de pocos amigos que me deja sin habla.
Está completamente cambiado a ayer, a la mañana y a hace unos minutos, es el Ian Levidier que me ignoraba como antes y eso dolía ¿se debía a su llamada telefónica? No lo sé, pero no me atreví a preguntar solo deje que me llevara a su apartamento, antes de cerrar los ojos pude ver como su mirada estaba perdida y no se movía para nada, me quede dormido viéndolo.
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Es tan difícil amarte.
RomanceSebastian es un chico que esta enamorado de su jefe Ian Levidier, el cual por 4 años trabajando para él, sabía de los sentimientos de Sebastian, nunca lo tomó en cuenta hasta un día en el que decide darle una pequeña oportunidad pero no de la manera...