Capítulo 32: Siempre a tu lado.

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− ¡NO! ¡NO ME TOQUES! –abro los ojos cuando la desesperación me ahoga, Ian a mi lado me mira con preocupación, mi respiración es agitada y me cuesta un poco agarrar un poco de aire.

− ¿Otra pesadilla? –dice Ian acercándose a mí y mirándome dolido, yo solo asiento sentándome en la cama.

Mi respiración empieza a regularse e Ian se levanta para darme un vaso de agua, espera a que termine de beber y luego deja el vaso de nuevo en el buro para acercarse a mí y abrazarme con fuerza.

−Todo está bien, Sebastian. Yo estoy contigo, estamos en casa.

−Lo sé –respondo oliendo su cuello.

Después de salir del hospital, Ian y yo regresamos a nuestro apartamento, la primera semana mi familia decidió quedarse con nosotros para ayudarnos con la recuperación de Ian, Andrew se ocupaba personalmente de él.

Lo cual yo le agradecía cada que podía.

Pero a pesar de que la herida de Ian cicatrizó luego de semanas, las mías lo hicieron exteriormente pero no internamente. Andrew y mis padres insistían en que necesitaba ir a un psicólogo, yo les repetía que me sentía perfectamente bien e Ian decía que la decisión era completamente mía y que yo iría si quería.

Nadie volvió a repetirlo después de eso.

Lo agradecí en ese momento, pero creo que ahora me arrepiento. Necesito estar con Ian, y sé que él también lo quiere.

−No puedo Ian... −digo cuando siento sus besos bajar hasta mi cuello, estremeciendo todo mi cuerpo, llenándome de placer.

Pero no puedo estar con Ian.

−Sebas, amor. Escucha, sé lo que piensas...sé qué crees que no puedes por todo lo que paso durante tu encierro en ese lugar, pero yo me encargaré de borrar todo lo que ellos te hicieron.

Agarra mi mano y la coloca en su pecho.

−Yo dejaré que tú cures mi herida, dejaré que borres el recuerdo de que mi padre fue el hombre que lastimo a la persona que yo amo, y que le dispare. Yo también tengo heridas que quiero borrar, ambos nos necesitamos.

Sus ojos verdes brillan con tristeza y necesidad al mismo tiempo, lo beso con desesperación, colocándome entre sus piernas, jalando su cabello hacía atrás para introducir mi lengua en su boca.

−Ian, Ian, Ian... −digo entre el beso y el solo sonríe.

Me carga para darse la vuelta y colocarme debajo de él, me mira hacia abajo y yo solo me sonrojo. Lo deseo tanto...

−Si sientes incomodidad o si te lastimo...no dudes en decirme que pare, ¿de acuerdo?

−De acuerdo –asiento colocando mis manos en mi cara para no verlo, Ian se ríe con una profunda carcajada haciendo que lo mire.

− ¿De verdad estás apenado? ¿Tú? Amor, voy a empezar a creer que te cambiaron por otro.

−Eso no es gracioso –digo haciendo un puchero.

−No, lo siento. Es que eres tan adorable... −se acerca a mí y me besa el cuello, para después levantar mis brazos.

Hace que mi camiseta salga fuera de mi cuerpo, observa mi pecho y se acerca besando y lamiendo mis pezones con fuerza, sacando un gemido un poco alto de mi boca.

−No sabes lo mucho que te necesitaba, sentía que mi vida era nada sin ti.

−Ian...ngh...ah... −mis gemidos se vuelven más fuertes cuando Ian acaricia mi miembro sobre la tela de mis boxers.

Es tan difícil amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora