Capítulo 2:Entra en mi mundo y te arrepentirás pero lo disfrutaras.

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Me toma de la cintura, me recarga en la pared del elevador y me besa.

Me besa lento y con talento, después se torna un poco más rápido y con experiencia, que me cuesta trabajo seguirle el ritmo, siento su lengua lamer mi labio inferior y me muerde eso le da oportunidad para meter su lengua a mi boca y explorarla como quiere.

El tiempo ha pasado demasiado rápido con ese beso que no me había percatado que las puertas del elevador se habían abierto dejando a la vista el apartamento de Ian.

Se separa de mí y se da la vuelta, jalándome de la mano hacia su apartamento, abre la puerta al final del pasillo donde puedo ver su sala enorme, todo es de color blanco, negro y café, no me da tiempo de seguir mirando. Me besa de nuevo con pasión.

No me da permiso de decirle nada, él tampoco dice nada y no sé cuánto tiempo permanezco entre sus brazos y sus labios recorren los míos.

-Sebastián... acepta quedarte conmigo esta noche- me dice entre mis labios-por favor.

Me quedo sin palabras, no sé qué decirle, no sé qué pasa así que decido contestarle besándole de nuevo. Quiero saber qué pasa. Quiero que me diga porque hace esto.

Me confunde, me ignora durante 4 años que estuve trabajando como su asistente y un día de pronto me pone mucha atención, me trae a su departamento, me besa, quiere que me quede a su lado. No entiendo nada.

-Ian...-susurro y se separa para mirarme a los ojos- Ian...-le acaricio la mejilla- te...quiero.

Lo eh dicho.

-Lo se...-se separa de mi- ¿crees que no me di cuenta? ¿Me crees tonto?

-Yo nunca he dicho eso... pero no pensé que se hubiera dado cuenta... ¿tan obvio soy?- sonrió- ¿Por qué quieres que me quede contigo?

Suspira y camina hasta el enorme sillón color crema con café oscuro y se sienta mirándome a los ojos y haciéndome una seña con la mano de que me siente.

Lo hago y lo miro esperando a que me conteste, estoy nervioso...

-Veras... -se cruza de piernas, me mira directamente a los ojos y me sonrojo- ayer termine con la chica con la que salía.

Entonces era verdad.

-¿aja?...

-Y... estaba muy enojado con ella porque me dejo, pero... después recordé que yo te gusto, así que decidí darte una oportunidad.

¿Eh? ¿Eso quiere decir que corresponde mis sentimientos?

-Tú... ¿sientes algo por mí?

Agacho la cabeza y empiezo a jugar con mis dedos esperando su respuesta, escucho que ríe y levanto la cabeza sorprendido.

-No te equivoques... chico, yo nunca me he enamorado... no puedo, me considero una persona que no puede amar, solo estoy aburrido de lo mismo, chicas que no pueden aguantar mi actitud, me dejan y busco otra.

-Le recuerdo que yo no soy una chica.

-Eso lo sé perfectamente...pero ¿Por qué no cambiar y ahora estar con un chico?

No entiendo, me siento confundido, quiero saber exactamente de qué va todo esto.

-Básicamente... ¿quieres estar conmigo? ¿Pero a que te refieres con estar?

-Venir a mi casa cuando te lo diga, solo sexo Sebastian, te estoy diciendo que yo no puedo amar, no te puedo dar una relación homosexual con corazones rosas, flores y cariñitos.

Empiezo a comprenderlo... lo único que quiere es alguien que le haga compañía cuando quiera y tener sexo.

Me siento un poco decepcionado, pero no triste, levanto la cabeza y lo veo con determinación.

-Está bien... me quedare contigo y are todo lo que quieras... pero, con una condición.

-Vaya, el pequeño saca las garras, dime.

-Si logro enamorarte, hacer que me quieras, aguantarte como las chicas anteriores no lo hicieron, me darás la relación que dices, con corazones, flores y todo, no importa si dices que no puedes.

¿De dónde ha salido toda esa valentía? Mi subconsciente metiéndose en cosas que no le importan de nuevo.

Vas a salir lastimado, lo mejor es que salgas de aquí y finjas que no pasó nada, aun tienes tiempo.

No.

No voy a huir, ¿Qué tal vez salga lastimado? Lo sé, lo sé perfectamente, pero... amo a este hombre más de lo que imaginaba.

-Está bien, me gusta esa determinación tuya, pero de una vez te lo digo, mi mundo no es un lugar del que puedas salir fácil.

Se acerca a mí y me besa. Me desabrocha el saco y la camisola, dejando a su vista mi pecho, lo mira unos segundos y después mi rostro causándome  vergüenza, siento mis cachetes arder como un tomate, el ríe y se acerca a mi oído.

-Bienvenido a mi mundo.

Es tan difícil amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora