Capítulo 10: Conociendo una parte de ti.

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El rostro de Ian ha cambiado de color y no puedo describirla, solo lo veo sentarse en la orilla de la cama y agarrarse el cabello con frustración.

-¿Qué pasa?- pregunto sentándome a su lado.

-No pensé que me dijeras algo así, fue como un tipo de shock.

-Si quieres ya no te digo nada.

-No, quiero saber.

Respiro hondo antes de hablar.

-Estaba en secundaría... tenía a mi mejor amigo y solo se dio, me di cuenta que me había enamorado de él, tenía novia por lo que yo solo me dedicaba a verlo en su relación y con eso me bastaba.

-Tú realmente eres un masoquista.

-Déjame seguir contándote.

-Ya pues, sigue.

-Hasta que decidí que no era suficiente, que quería ser el primero en su vida, decidí declararme pero me rechazo- me río como si hubiera contado algo gracioso- ya sabía que lo haría, pero de pensarlo a vivirlo hubo una gran diferencia.

Ian me hace una señal con la mano para que siga, pero me arrastra hasta arriba de la cama de nuevo y me acuesta colocando con cuidado mi cabeza en la almohada y después recarga su cabeza en mi pecho, sonrió por lo que acaba de hacer y me pongo a acariciar su cabello castaño entre mis dedos.

-Después de que me rechazará, nuestra amistad no fue la misma, dejamos de hablar por meses, todo empeoró un día que mis padres me dijeron que necesitaban hablar conmigo, al parecer se habían enterado que yo estaba enamorado de Andrew.

-¿Quién es Andrew? – se levanta y me mira fijamente a los ojos.

-Andrew era mi mejor amigo, acuéstate de nuevo me entretengo con tu cabello.

-Ese tal Andrew ¿era tu mejor amigo y después ya no?

-Exacto, te digo que nuestra amistad cambio mucho y al final cuando mis padres lo supieron, no podían soportar que su hijo el cuál heredaría todo su dinero fuera homosexual.

-Déjame ver si entendí... ¿tu familia tiene dinero y tu vivías en ese cuchi...

-No le digas así, a pesar de que es cierto aun así fue mi hogar todo este tiempo.

-Lo siento.

-Bueno, naturalmente al no soportar que su hijo tuviera esos gustos decidieron que no merecía ni un solo centavo de ellos, apenas y dejaron que me llevará mis cosas.

-¿desde la secundaría vives ahí?- me mira con cara de tristeza y a la ves asco.

-No, te dije que fue tiempo después, ya había pasado a preparatoria.

-Eso no cambia el hecho de que eras muy joven ¿Cómo lograste estudiar la universidad y aparte lograr ser la mano derecha de un hombre como yo?

-Venga hombre, no te des tantos aires.

-Es la verdad, fue muy complicado encontrar a alguien con las capacidades aptas para que asemejara mi nivel. Fue muy complicado encontrarte.

-Se lo agradezco señor Levidier, pero en serio, no fue complicado el estudio, lo complicado fue el dinero, trabaje mucho de medio tiempo y así apenas me daba tiempo para estudiar.

-Dios, no entiendo como lo hiciste.

-Se le llama inteligencia.

-Eres un genio, enano.

-¿soy apto para el señor Ian Levidier?

-Por supuesto, eres el mejor...- se acerca lentamente a mí y coloca sus labios lentamente, tiernamente como si quisiera que todas las cosas que le acabo de contar se borrarán, pero lamentablemente no eso jamás pasará.

-Muchas gracias por escucharme.

-Yo quería saber... pero no me dijiste para que ocupas el dinero ahora, digo, ya que no vives en tu...

-Ya te dije que no le llames así.

-Iba a decir hogar.

-Eso no era un hogar, pero tampoco un cuchitril.

-Quiero saber para qué ocupas el dinero.

-Ya te digo.

-Anda.

-Déjame hablar pues.

-Pues si no dices nada.

-Ian...

-Ya, ya.

Me quedo mirando por la ventana enorme de la habitación de Ian y le hago una seña de que se acueste en mi pecho, es divertido acariciar su cabello mientras hablo, pero esta vez es un tema delicado y no sé por dónde empezar para hacerlo lo menos doloroso posible y no ponerme a llorar.

-Todo se tornó horrible cuando me corrieron de casa, tuve que ingeniármelas para poder encontrar ese pequeño lugar y lo encontré gracias a mi hermana, mi hermana me ayudó mucho pero tarde o temprano mis padres se tenían que enterar y le prohibieron verme. Mi hermana es la chica más testaruda que conozco, no se quedó quieta y se escapó un día para verme, pero no termino bien.

-¿Qué paso?

-No interrumpas... ya voy- suspiro y acaricio el cabello de Ian con brusquedad hasta que escucho un "auch" lo suelto, me disculpo y empiezo a hablar- yo no tenía idea de lo que había hecho mi hermana, le había dicho que dejará de visitarme si mis padres se lo habían prohibido, así que no me espere nunca que se escapará, estaba completamente seguro que se quedaría en casa... después recibí una llamada de mi padre... diciéndome que todo era mi culpa... que debería de sentirme horrible porque...- no puedo soportarlo, no puedo decirlo y me pongo a llorar.

-Hey... no llores enano, Sebas no... yo no sé qué hacer cuando alguien llora.

-Solo... abrázame- lo hace y lloró entre su hombro y su cuello- mi hermana tuvo un accidente ese día... ngh... odio llorar.

-No llores y ya no me digas nada, así está bien, no es necesario que sigas hablando de nada.

-Pero quiero decirte... quiero que sepas todo de mí.

-Sebastian...

-Por favor.

-Está bien, pero deja de llorar, ¿sí? –retira las lágrimas de mis ojos con un beso y no puedo evitar sonrojarme. Asiento y me aferro más a él.

-Mi hermana entro en coma desde ese día... y hasta ahora no ha despertado, después de que mi hermana estuviera en coma por 5 años la empresa de mis padres callo en bancarrota y no pudieron seguir pagando el hospital.

-Así que tu empezaste a pagarlo- asiento y empiezo a llorar de nuevo- me imagino todo el dolor que sufriste durante todo ese tiempo y no puedo pensar el hecho de que si yo hubiera estado en esa situación... hubiera enloquecido.

-Claro que no... tu eres más fuerte que yo.

-¿solo porque soy más grande por 5 años?

-Son 5 años que hacen la diferencia.

-¿Tu hermana aun no despierta?

-No...- bajo la cabeza y miro el piso- pero lo hará.

-Si es testaruda como tú dices o como comprenderás- se ríe ligeramente y le doy un golpecito en el hombro- lo siento, pero creo que en eso tu hermana se parece a ti, si es como dices, despertará.

-Lo hará Ian, yo lo sé.

-Si el enano lo dice, entonces es verdad.

-Si este enano dice que te quiere entonces es totalmente la verdad.

-Entonces hay que creerle al enano- me recuesta en la cama y se sube arriba de mi- Sebastian, viéndote desde aquí me doy cuenta que eres hermoso y sexy...

Me sonrojo y el sonríe para después besarme. Le correspondo al beso y pongo mis brazos alrededor de su cuello para atraerlo a mí, mi hermana aún no se ha ido de mi mente pero Ian se encarga de  hacerlo. Siempre lo hace.

Es tan difícil amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora