¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No me puedo creer que hagas ésto.— Bufó la fémina burlesca mientras sentía la presión de las manos de König en sus caderas.
—¿Acaso ésto no es ilegal, mí querido coronel?.
König te miraba ansioso, por medio de la máscara podías ver cómo sus ojos verdes agua se oscurecían mientras sentías su respiración grave chocar contra la tela de la misma máscara.
Dirigió tus ojos hacía ti, sonreiste ante ello puesto que sabías la dominancia que poseias por sobre el coronel.
—Scheiße, wen interessiert das? (Mierda, ¿a quién le importa?) — Murmuró pegando tus caderas a su cuerpo aún sosteniendolas firmemente.
Tú, una sicaria a sueldo, con él, un soldado de alto rango.
Te acercaste a él peligrosamente, el se encogió para que pudieras tomar su cara y repartir besos por toda su cara de manera tal que él terminó por regalarle unas risillas risueñas achinando sus ojitos verdosos hacía ti.
—Sos tan hermoso...—Lo miraste contemplando, casi hasta venerando la belleza de su cara, cejas pobladas, ojos afilados, labios no del todo finos, mandíbula marcada y sus hermosas mejillas rojizas.
—Meine liebe....—Él suspiró profundamente mientras apretaba tus caderas contra él, podías sentirlo inquieto contra ti.
— ich brauche dich. (Te necesito).—Habló en tono desesperado sentándose sobre el escritorio dejándote entre sus piernas.-
Lo miraste con una ceja levantada, el hacerlo tuyo en su misma oficina era una grata idea.
Presionaste su erección por sobre sus pantalones con tu mano, haciendo fricción en esa zona te deleitaste con la imágen del austriaco tirando su cabeza hacía atrás suspirando del libido. Tus manos viajaron hasta el uniforme en donde, luego de haberse desecho del chaleco anti balas, comenzaste a abrir su camisa tortuosamente teniendo la vista fija en sus ojos que te miraban implorando que fueras más rápida.
—Bitte schneller...(Más rápido por favor...)— suplicó moviendo sus caderas tratando de refregar su erección contra tu estómago, se detuvo al recibir un escalofrío por la sensación de tus labios repartiendo besos por todo su pecho, dejando marcas a tu paso; suspiró ansioso ante tu tacto, se removió sobre el escritorio cuando comenzaste a desabrochar su cinto para continuar bajando el cierre del pantalón.-
Moviste tu mano otra vez sobre su erección pero ahora por sobre la fina tela del boxer que separaba tu mano de su gran miembro.
Gimió ante tu tacto balbuceando algunas groserías en alemán, apretó el filo del escritorio tratando de contenerse para no cogerte en ese mismo lugar, por sobre ese maldito escritorio.
Deshaciendote finalmente de aquel boxer, sin dejar de repartir besos pero ahora por su sudoroso cuello, empezaste un sube-baja por el falo de su miembro sacándole un respingo del placer instantáneo que le proporcionaste.
— Weitermachen! (¡Continúa!)—Ordenó tomando con una mano tus caderas y escondiendo su cara en el hueco de tu cuello, podías sentir sus gemidos en tu oído izquierdo y algunos sollozos de placer que te indicaban que estabas haciendo bien tu trabajo.-
— Mírate, gimiendo ante una criminal, ¿eso no es acaso deshonroso?— Jugaste con él disminuyendo la velocidad de tu mano ganandote un gruñido de su parte, pero rápidamente sentiste una descarga en tu cuerpo al sentir como recorría con su lengua tu cuello y daba un no tan leve mordiscon en él.-
—Wagen Sie es nicht aufzuhören (No te atrevas a parar). —Ordenó demandante mientras de la nada te levantaba en brazos; ahora tú arriba del escritorio, te sentiste pequeña ante su gran porte, tus pantalones fueron despojados rápidamente y tus bragas rotas por sus manos, te sorprendió ver ese cambio de actitud sobre él, lo recordabas cómo un chico en su mayoría tímido y ahora no lograbas reconocer a ese hombre que frotaba su dura erección contra tu mojada entrada, el sonrió victorioso al ver cómo te habías puesto, tan mojada por él que ni se era requerido lubricante.-
Se deslizó dentro de ti, gimió al sentir tus paredes ahorcando su pene y te cubrió la boca con una mano mientras que la otra te sostenía por la cintura para comenzar a embestirte rudamente.
—Wer lacht jetzt über wen?(¿Quién se ríe de quién ahora?)— Sonrió burlesco al ver tus facciones retorcerse ante lo bueno que se sentía su gran miembro golpeando contra tu matriz.— Scheiße, es fühlt sich so gut an... (Maldita sea, se siente tan bien...)— suspiró nuevamente tu nombre en tu oído, tirando su cuerpo hacia atrás maravillado con la vista de ti a su plena merced y gusto, sonrió al sentir tus paredes cerrandose más y más en torno a su pene y al comenzar a sentir un nudo en su estómago bajo.-
— Wie gut du mich nimmst, du bist eine totale Hure, meine hure.(Que bien me tomas, eres una puta total, mi puta.)—Murmuró cerca tuyo mientras aumentaba la velocidad de sus embestidas; una mano se dirigió a tu clítoris sobre estimulandolo.— Du bist nah dran, nicht wahr?. (Estás cerca, ¿no?)—preguntó ya sabiendo la respuesta, retirando su mano de tu boca.-
- Mierda, ¡sí!- gemiste debajo de él, volviste la vista a sus ojos, los cuáles te miraban como una presa, no pudiste evitar soltar un respingo al sentir sus labios sobre los tuyos.-
El comandante te penetraba como queriendo poseer todo rincón de tu cuerpo, acallando tus gemidos y los suyos en tus labios sintió tu orgasmo llegar, tus paredes se cerraron contra su miembro causando que él tuviera que morder tu hombro para acallar su propio gemido, te recostó sobre el mueble en dónde mordiste tu propio brazo puesto que las manos de él aún seguían trabajando sobre tu clítoris mientras que la otra reposaba en tu estómago. Él aún seguía buscando su orgasmo, miraste atentamente como ese estómago musculoso con la V marcada y un semi sendero de vellos hacia su pelvis chocaba contra tu intimidad, acariciaste su cara y él te miró frágil al sentir su dichoso orgasmo abrumarlo, gimió por sobre tus labios liberando su semilla dentro de ti.
Te sonrió amoroso y algo sensible por el reciente orgasmo tomándote en brazos para recostarse en el sillón, cubriendote en pequeños besos para luego vestirse él y ayudarte a vestirte a ti, luego te levantó y se recostó él en el sillón contigo por sobre él acariciando tus cabellos.
- No me importa perderlo todo, y no si es por ti.- habló tratando de obtener la mejor pronunciación de sus palabras, lo cuál respondiste con una sonrisa cansada por la actividad previa.-
Él era un comandante, y tú una criminal buscada.
Pero no te ibas a quejar cuando ese hombre te brindaba el mejor sexo que hayas tenido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hola amores, espero que ésto haya sido de su gustoso agrado, no soy la mejor en ésto pero siempre procuro mejorar, si tenés alguna recomendación constructiva sobre el material brindado para yo mejorar mí redacción, siempre es bienvenido <3.