König sumiso, creampie, sexo en casi publico, lectora Dom.
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-Amor~...- tarareaste su apodo adentrandote en su oficina, sus ojos azul marino se curvaron de emoción al verte llegar.-
Entraste con un pudín en tus manos, él lo miró deseoso, sabía que era para él pero igualmente no quería preguntar.
-Toma corazón, para vos.- comentaste sentándote en la silla en frente de su escritorio, él soltó una pequeña risilla risueña, amabas verle tan emocionado por un simple postre.-
Lo miraste alzar su máscara frente a ti, puesto que eran pareja hace ya más de 5 años, el ya se acostumbró a tu presencia. Sin querer admitirlo, el verlo nuevamente luego de una larga misión solo te hacía pensar en los gemidos que emitiría al tener su polla en tu boca, te apoyaste sobre tu codo en el escritorio admirandole, pérdida en tus propias fantasías mientras él terminaba su postre.
Él te miró de reojo, sus mejillas se tornaron de un intenso carmín, sus muslos se apretaron y sintió una leve punzación en su miembro, pretendió comer el postre con una sola mano para la otra reposarla por encima de su miembro ya erecto, algo avergonzado, tratando de ocultarlo.
Sonreiste, no era difícil de ver aquel bulto, extendiste tu pierna y ,apartando su mano de su regazo de una leve patada, pisaste su miembro logrando que el mayor jadeara y se contrajera en su asiento.
- Königin....Was machst du? (Reina, ¿Qué estás haciendo?)- gimió por debajo tomando tu tobillo tratando de parar aquella fricción que ahora lo tenía temblando.- Estamos en mí oficina....Espera...- se contrajo sintiéndose avergonzado por su poca resistencia a ti.-
Sonreiste burlona, parando los movimientos en seco, te levantaste y le pusiste el pestillo a la puerta, cerraste la perciana, caminaste hacía él desabrochandote la camisa militar, dejando ver tu brasier.
König dió un respingo, tratando de cubrir su boca, ocultando parte de su sonrojo debido a sus grandes manos, te miró deseoso, la lujuria era evidente en él.
Te sentaste en su regazo, gimió al recibir un manotazo tuyo en sus manos evitando que el te tocase. Tomándolo por la nuca enterrando tus dedos en sus cabellos cobrizo, lo obligaste a besarte, un gemido de su parte se hizo escuchar entre besos, sonreiste tomandolo con tu mano libre por sus ropas.
-Tan hermoso, tan precioso...- Lo halagaste tomándolo por la barbilla, mirándolo desde "arriba" con cierta superioridad.- ¿A quién le pertenece ésta puta?- preguntaste tirando suavemente de sus cabellos, el jadeó por sobre tu boca y tú moviste tus caderas por sobre su erección ya palpitante por sobre esas ropas oscuras.-
- für dich....(a usted.)- tartamudeó entre melodiosos gemidos. no pudo evitar morder su labio inferior para evitar hacer tanto ruido, se sintió pequeño ante tu merced.-
