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—Sentado.— demandaste cruzando tus piernas, sentiste el rozar de tus medias de red lo que te causo cierto placer momentáneo.—
El más grande acató la orden poniéndose de rodillas ante ti, desesperado ante tan siquiera un toque tuyo, su pecho subía y bajaba con pesadez mientras que su erección se asomaba entre sus pantalones de los cuales la liberaste hace unos segundos atrás, palpitante, rojiza y húmeda ante ti.
Tomaste tu vaso de whisky con tu mano derecha, sorbiste un poco mirandole divertida desde tu estatus de poder que tenías por sobre él.
Él te miró con los ojos llorosos, temblando ante la ansiedad por sentir algo de tu atención, soltó un pequeño sollozo necesitado sacandote una sonrisa; tú lo miraste, te levantaste de aquel sillón de cuero negro y con tus tacones aguja caminaste hacía él bajando algunos escalones, te sentaste en el último escalón abriendo tus piernas dejándole ver tus partes interiores que solo eran cubiertas por tus medias de red, él soltó un respingo y se agitó en su lugar.
—Amor....por favor....— te rogó irguiéndose dejando más a la vista su prominente erección.-
—Callate, ¿Quién te ha dejado hablar?
Soltó un lamento acatando tus ordenes, mientras que tu lo devorabas con la mirada.
Sus cabellos cobrizos todos revueltos, sus ojos verdosos cristalinos, sus pómulos rosados y sus labios necesitados aclamaban e imploranban por ti, su camisa negra había sido levantada dejando ver sus pezones rojizos y duros ante ti, él, sentado en W mantenía sus brazos hacía atrás, tal como le habías ordenado, sus pantalones de mezclilla abiertos y liberando su necesitada polla mientras que él suplicaba algo de tu atención, tan necesitado.
—Mirate cómo estás, todo una puta necesitada para mí.— reiste sorbiendo algo de tu whiskey, desabrochaste un poco tu camisa dejando a la vista tus senos sin brasier para su degustación.— Tocate para mí cariño, se un buen chico.
