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Despertar nunca fue una opción... aun así... ¿Qué darías por despertar?
Su cuerpo inmóvil y sudoroso durante la noche, mientras su mente corría para alcanzar a una mujer, solo gritaba y gritaba que se detuviera, pero no lo hacía, sencillamente la ignoraba.
La desesperación comenzaba a hacer de las suyas, pero cuando ya todo estaba perdido, una pequeña luz de esperanza se encendió y logro alcanzarla, logro tomarla del brazo, sentir ese calor corporal tan familia.
- ¿mamá? - fue la única palabra que sintió perteneciente a esa persona.
Aun así, necesitaba ver su rostro y cuando estaba a punto de mirarla frente a frente, despertó.
Sus ojos se abrieron grandes, se sentó de golpe y miro a su alrededor, solo estaba Lira durmiendo en una postura incómoda en la silla al lado de la cama, pero la mujer sentía como su pecho aún palpitaba, era como si el corazón fuera a salir de su pecho.
Por un momento creyó recordar algo, pero tal y como es costumbre de los sueños lo olvidó.
Pronto sus pensamientos sobre ese pequeño posible recuerdo en el olvido se dispersaron cuando vio como Lira comenzó a removerse y poco a poco despertar entre bostezos.
Cuando Lira despertó completamente, inmediatamente sus ojos se centraron en la mujer, la cual la observaba sin saber qué decir, así fue por unos minutos, en ello recuerda que Lira era muda, tendría que iniciar la conversación ella.
- ¿B-buenos días...? - saludo esperando una mínima señal de parte de la muda.
Lira en respuesta le dio una pequeña sonrisa y agito su mano derecha en forma de saludo, en ello la atención de ambas mujeres se dirigió a la puerta, la cual era golpeada suavemente y luego lentamente abierta.
Larry entró a la habitación con una pequeña sonrisa, seguido por otro hombre, alto de ojos azules, cabello negro y piel blanca tal como la nieve.
Al ver a entrar a ese otro hombre, por instinto llevo su mano al collar que estaba junto a su almohada, para este punto todos eran conocidos y desconocidos... cosa que la confundía aún más.
¿Quién es?, tengo su nombre en la punta de la lengua, pero no me sale.
Pensó mientras enfocaba su mirada en torno a ese hombre que portaba una bata parecida a la de un doctor, si es que no era un psiquiatra.
Se veía como una persona de pocos amigos, mantenía una sonrisa, pero se sentía tan falsa, tal vez era su mirada, la que no encajaba bien.
- Buenos días, soy Dominic, y soy... - no pudo terminar antes de que la mujer llena de miedo lo interrumpiera.
- no estoy loca - pronuncio anticipada y con miedo.
Larry en ese momento vio conveniente acercarse mientras miraba a Dominic con una mirada tranquila para que fuera con algo de calma.
