🍁 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰𝑿/ 𝑫𝒆 𝑳𝒖𝒏𝒂 🍁

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Cada paso que damos puede llevarnos a una salida o a hundirnos más en nuestra perdición, es algo inconcluso, pero, ¿quién se arriesgaría a dar un paso sabiendo lo que le espera?

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Cada paso que damos puede llevarnos a una salida o a hundirnos más en nuestra perdición, es algo inconcluso, pero, ¿quién se arriesgaría a dar un paso sabiendo lo que le espera?

Emma

«En cada una de sus fases, la luna, siempre hermosa, se oculta en esas noches donde la muerte se hace presente. Da tiempo al ser moribundo de despedirse y luego reaparece para guiarlo al más allá, donde pueda descansar en paz. La luz de la luna, aunque tenue, brilla con fuerza en la oscuridad de la noche, iluminando el camino de aquellos que parten de este mundo. Su presencia reconfortante trae consuelo a los corazones afligidos y acompaña a las almas en su travesía al reino de los sueños eternos. En cada ciclo lunar, se repite esta danza eterna entre la vida y la muerte, recordándonos la inevitable transición hacia un nuevo comienzo.»

Cuando era niña, le encantaba escuchar una y otra vez cómo la luna cuidaba a los seres que abandonaban lo terrenal, era lo que le daba paz y le hacía comprender por qué su familia llevaba con orgullo su apellido y la razón por la que eran una familia de sanadores siendo el mayor legado la medicina.

Era lo único que escuchaba de la familia de su madre, lo único que podía entender, ya que ella guardaba cuidadosamente los oscuros secretos de esta familia. La cual solo tenía un dios, un astro, o más bien una luna, para así poder llamarse los de luna, y ella era orgullosa de ser Emma Meyer de luna, a tal punto que sin duda se presentaba como Emma de Luna, dejando de lado su primer apellido.

Pero su destino se centraba en todo, menos en la luna. Desde que se anunció su llegada, estaba destinada a ser la heredera de una gran familia. Aun así, llevaba ese título con orgullo, sabía que había nacido para gobernar un imperio. Aunque no fuera para reinar en su apellido de Luna, definitivamente reinaría en la industria a la que pertenecían los Meyer.

Nunca podría quejarse, estaba rodeada de lujos, todo lo que una persona podría desear, todo de lo que era dueña y lo seguiría siendo, hasta que llego ella. Ojos y cabello negros tan profundos como la oscuridad, una niña de apenas cinco años que temblaba llena de miedo, que, aunque era inocente, era el motivo por el que su familia se fragmentó en millones de pedazos, pedazos que no podría unir.

Acababa de salir de la oficina de Aron con una sonrisa estúpida más que fingida, se vive de apariencias y ella sí que tenía eso muy presente, para todos ella solo era Emma, la que tiene demencia, la que actúa como loca, la obsesionada, pero, juzgar un libro por su portada siempre ha sido de personas con falta de inteligencia, y si a ella le preguntan, nadie posee esa valerosa cualidad, no cuando creen que alguien como ella solo vive a la sombra de su hermana sin mover un solo dedo.

Saludo a todos como de costumbre, mientras por dentro se reía de lo estúpida que parecía, tenía que desempeñar bien de su papel, ¿Qué sería de un loco sin una fachada?, y después de todo, ¿qué sería de alguien inteligente sin un plan?

Amnesia (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora