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Estábamos los tres sentados esperando.

— Camila: ¿Y bien?
— Diana: Thompson dijo que era una cámara de torturas.
— Harry: Tenemos que sacarlos de ahí.
— Diana: Lo sé... La cosa es que no se como hacerlo, si lo intentamos tenemos que salir los siete, sin dejar a nadie atrás.

— Camila: Reto número uno, sacar a los cuatro chicos de esa cámara, reto número dos, salir todos de este lugar.
— Diana: ¿Alguno recuerda algo que nos ayude?
— Harry: ¿A que te refieres?
— Diana: Yo no recuerdo como llegue a este lugar, solo se que está en Estados Unidos.

— Camila: Está como a 5 kilómetros de tu lugar de carreras clandestinas.
— Diana: Entonces... Está como a 15 kilómetros de mi casa. A una persona promedio le tomaría de 9 a 15 minutos recorrer un kilómetro, con tráfico.
— Harry: Serían 225 minutos, un total de casi cuatro horas.

— Diana: Correcto Styles, solo que... Yo no soy una persona promedio.
— Camila: Eh, princesita, no tienes carro.
— Diana: Buen punto.

...

— Paul: Suba.
— Manuel: Nunca le contarás a Karen que hice esto ¿verdad?
— Paul: No señor, lo que pasa en las carreras, se queda en las carreras.
— Manuel: Muy bien, hagámoslo.

— Paul: Ya lo oíste Vin, tu 20 yo 60.
— Vin: Entendido Pablo.

Veo como el carro de Vin se adelanta en la pista, yo lo sigo para calentar el motor, luego vuelvo a donde estaba.

— Paul: Solo quiero aclarar, que su hija fue la que me enseño esta maniobra, cuando ella era parte de Rápidos y furiosos.
— Manuel: Es bueno saberlo.

Le hago señas a Vin con las luces, arrancamos. 

Cuando ya estábamos lo suficientemente cerca, utilizamos el freno de mano al tope, Vin inclina su volante 20 grados y yo lo inclino a 60 grados. Esto hace que se forme como un Yin y Yang, el freno de mano nos detiene de salir revirados, damos vueltas unos secundo para luego quitar frenos y conducir recto, cada quien por su lado. Detengo el auto.

— Paul: ¿Y bien? ¿Cómo lo sintió?
— Manuel: Me siento como un zombi. (Me rio)
— Paul: Con el tiempo se acostumbra.
— Manuel: ¿Es normal tener náuseas?
— Paul: Sí, señor Mendes, es normal.

— Manuel: Paul...
— Paul: ¿Sí, señor?
— Manuel: Aún lamento que te alejarás de Diana.
— Paul: Señor, Diana se alteraba demasiado cuando yo estaba cerca, usted como padre solo quería lo mejor para su hija y verla en el estado que se ponía cuando me miraba no era sano, para ninguno de los dos.

— Manuel: Gracias por volver, Paul.
— Paul: No hay de que, sigue siendo mi suegro. (Lo escucho reír)
— Manuel: Y nada me hace más feliz.

— Paul: Lo llevaré a casa, ya es tarde... Recuerde que mañana es un gran día.
— Manuel: ¿Podrían tu y Vin quedarse en la mansión? Es muy grande para estar solo.
— Paul: Por mi no hay problema, pero le preguntaré a Vin, no se que le parezca a Paloma.
— Manuel: Claro, muchacho.

...

— Aaliyah: Mamá, ¿Qué le paso a mis hermanos?
— Mamá: Lo mismo que a ti, Aali. Desparecieron luego del accidente, Cameron y Becky también.
— Aaliyah: ¿Dónde podrán estar?
— Mamá: Donde quieran que estén, los encontraremos y traeremos a casa. No te preocupes mi amor, volveremos a ser una familia.

La misión del escape - Paul Walker II © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora