8- Lo Que Hace Falta

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--Tu mami es muy linda cuando sonríe...

El menor asintió, estaba de acuerdo con el comentario del pelirrojo. A ojos del niño, su madre era la mujer más bella del mundo.

--Muchísimas gracias, ya sabes...-- Se acercó la de cabellos (c/c), con una tímida y pequeña sonrisa formada en sus labios. --Por dejarnos tener una buena tarde hoy... y acompañarnos.

--Te agradezco a ti por aceptar ir.-- El pelirrojo le sonrió de vuelta e hizo que la joven se pusiese un poco nerviosa.

Sus ojos brillaban, hace demasiado tiempo que no habían brillado de tal manera que ni siquiera la luna se comparaba al brillo de sus ojos.

Y él, embobado, no podía dejar de perderse en la luz de sus pupilas.

(T/N) se comportaba como una adolescente y el chico que le gustaba, sonrojandose y poniéndose nerviosa por las más mínima interacción. ¿Quién la culpaba?

Frente a ella, uno de los hombres más atractivos que había conocido, con sus cabellos rojizos y sus ojos hipnotizantes, él le daba esa sensación de protección y seguridad, se sentía cómoda cuando estaba cerca de él.

Había un muro entre ellos que evitaba a la joven avanzar, y recordaba la última vez que se dejó llevar por alguien que simplemente no sabía lo que quería y terminó destruyendo su futuro.

Recordó la forma en la que aquel tipo la tenía tan enamorada y ciega y le dio igual lastimarla con cada acción que hacía. Jamás olvidaría como le mintió en su cara, y aunque ese hombre le había provocado mariposas en el estómago, aquellos insectos resultaron ser gusanos.

Gusanos que dejaron un sabor extraño en su interior.

Tal vez ella no se atrevía a dar el siguiente paso, pero el pelirrojo no se quería aguantar las ganas de sentir los carnosos labios de la fémina en los propios. Con lentitud, acercándose a ella, dándole tiempo a retroceder por si la chica no quería.

Pero ella quería tanto como él.

Probablemente más.

Aunque había algo que le obligaba a alejarse. Tal vez era miedo o cobardía.

O simplemente cansancio.

--Bueno, no te detengo más, es demasiado tarde.-- Balbuceó ella, tonta al tratar de buscar alguna excusa para evitar la cercanía. --Nuevamente, te agradezco por ésta tarde.

Shanks le regaló otra preciosa sonrisa, de esas que te robaban el aliento y emocionan tu corazón.

--Buenas noches.-- Se despidió el mayor, también regalándole una cálida sonrisa al pequeño peli-(c/c).

--Buenas noches.

La joven observó como Shanks se alejaba, introduciéndose de nuevo a su carro y perdiéndose de su vista. Un largo suspiro salió de sus labios, sintió cómo unas pequeñas frías manos tocaban sus piernas.

--Mami, ¿me puedes llevar a la cama?

Y con ese sentimiento de alegría en su pecho, la oji-(c/o) acompañó a su hijo hasta su habitación, donde se quedó con él hasta que el menor se quedó profundamente dormido.

A diferencia de ella, quién no pudo quedarse dormida, la fémina había decidido mirar algunas películas de comedia hasta quedarse dormida.

Perdió la cuenta de las películas que tuvo que ver hasta que sus ojos empezasen a sentirse pesados.

Culpaba a cierto pelirrojo por haberse metido en sus pensamientos y robarse su sueño.

(...)


Torpemente, (T/N) arrastró sus pies hasta la cocina para buscar algo de desayuno, aunque a esas horas el desayuno se convertía en un almuerzo tarde.

--Seis de la tarde, casi siete, ¿y te llamas responsable?

Aquella voz, tan desagradable que simplemente sabía quejarse y juzgar a todos.

--¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

--El pequeño (N/O) me llamó hace días diciendo que te ibas a tomar unos días de descanso.-- La chica maldijo en su interior, mordiendose el labio inferior. --No me sorprende demasiado, tarde o temprano ibas a terminar tan mal y te ibas a descuidar.

--Estoy bien, ¿acaso no ves?

--Llevo aquí casi diez horas, apenas te levantas y te das cuenta.-- El pelinegro se acercó a ella, estaba claramente molesto. --¿Esperabas que el pequeño (N/O) se alimentase sólo? No confío en ti para que le cuides.

--Es mi hijo, Law.

--Y tú eres una irresponsable.

--¿Qué vas a saber tú? Lo único que has hecho es irte y venir a criticar mi forma de vivir, luego te largas y eso es todo.-- Ella sacó una sopa instantánea y empezó a prepararla.

--No ésta vez.

--¿A qué te refieres?

--Quiero que me des al pequeño.

La piel de la peli-(c/c) se erizó, su respiración se detuvo y sintió cómo su corazón dejaba de latir por un segundo.

--Estás pendejo.-- No pudo evitar reírse un poco, negando con la cabeza. --Podrás ser mi hermano mayor y todo, pero realmente no tienes el derecho en venir a mi casa y llamarme irresponsable para luego querer llevarte a mi hijo.

--Creo que es lo mejor, y lo sabes.-- Él se cruzó de brazos.

--¿Alejarme de mi hijo es lo mejor?

--No puedes cuidarte a ti misma, no puedo confiar completamente en ti para que cuides a otro ser humano.

--Cierra el pico antes de que te saque de mi casa a patadas.-- Amenazó, su rostro había cambiado completamente, y hablaba de forma fría y cortante. --Para comenzar ni querías que él existiese, no me apoyaste ni mierda en nada. Nunca lo has hecho. No vengas con tus mierdas a pretender que te importa ese niño.

--Te olvidas que eres mi hermana, solo te estoy tratando de ayudar.-- Apoyó su espalda contra la mesa y dejó salir un largo y frustrado suspiro. --Me quedaré unos días aquí, ¿si? Quiero asegurarme de que ustedes dos estarán bien.

--Lo que te deje dormir en la noche.

Se llevó su sopa instantánea y se dirigió hacia su habitación, no sin antes revisar como se encontraba el menor peli-(c/c).

Estaba jugando en su cuarto, hablando con sus pequeños muñequitos. No pudo evitar sonreír ante la tierna imagen del chico.

Y muy en el fondo, deseaba que hubiese alguien a su lado, observando a su hijo y estando orgulloso de él.

CONTINUARÁ...

Antes De Ti (Shanks x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora