--Habla.
--¿No vas a ofrecerme algo de agua?
--No hagas que me arrepienta de haberte dejado entrar a mi casa.
Su voz era firme y usaba un tono frío, había algo de molestia escondida. Tener a ese hombre frente a ella le hervia la sangre.
--El rencor nunca es bueno para una mujer... Deberías sonreír más.-- Comentó el peliblanco, poniéndose cómodo en el sofá, pues aquella conversación probablemente sería larga.
--Vete a la mierda, Smoker.
--No se puede tener una charla contigo, ¿verdad?-- Suspiró. Claro, el frustrado era él. --Tu tío me ha dicho que te has vuelto muy... contestona.
--¿Qué es lo que quieres?
No ponía sus defensas bajas, se encontraba tan distante, sin permitir que sus emociones o pensamientos saliesen. Una nube de misterio estaba a su alrededor.
--¿Por qué no me dijiste que tuvimos un hijo?
--No es tu hijo.
--¿Qué no es mi hijo? Tiene siete años, casi ocho, hace ocho años tú y yo estábamos saliendo.-- Razonó el mayor, confuso por las palabras de la fémina.
--¿Y recuerdas que durante ese tiempo te estabas acostando con una de tus compañeras de trabajo? ¿Recuerdas que por tu culpa perdí mi trabajo?-- Le cuestionó ella, señalándole con su dedo y regalándole una expresión de disgusto.
--Éste tema me tiene cansado. Lo único que quiero es ver a mi hijo.-- (T/N) clavó sus penetrantes ojos (c/o) en los ojos ámbar del hombre. Su mirada causaba algo de temor a Smoker, aunque éste simplemente desvió su mirada y suspiró. --Una segunda oportunidad.
--Y una mierda.
No se pudo resistir sus ganas de reír, negando con su cabeza ante la inmensa estupidez que había escuchado.
--(T/N), escucha...-- Se acercó a ella, sentándose a su lado e invadiendo su espacio personal. --¿Qué acaso no recuerdas lo mucho que nos la pasábamos bien?
--No.
--Tenemos un hijo juntos, (T/N), tal y como lo soñamos...-- Acarició la mejilla de la chica, aunque ésta le rechazó casi de inmediato.
--No me toques.
--Nuestro hijo merece una buena vida.
--Yo me he encargado de que disfrute su vida. Créeme, estamos muy bien sin ti.
El ego de un hombre era tan frágil.
Pudo ver como su ego se destruía en pocos segundos. Y aunque Smoker no era un hombre tan expresivo, sabía que estaba ligeramente molesto.
--Nuestro hijo necesita a un padre.-- Terminó diciendo, su tono de voz era apagado. Sus ojos éran fríos.
--¿Ah, sí? ¿Y donde estabas tú?
Silencio.
Pensaba que podía desaparecer por tantos años y llevarse el crédito. Después de todo, ella fue la que se encargó de criar a su hijo.
Tantas noches sin dormir, viviendo del café, trabajando demasiado para salir adelante y haciendo que la vida del pequeño fuese una buena vida, y ahora él llegaba como si nada y quería hacerse el responsable.
--No lo entiendes, también me preocupo por ti.-- La chica se mordió el interior de la mejilla, tratando de no reír irónicamente. --Tú cómo mujer... tu única responsabilidad debería ser quedarte en casa y no trabajar.
Era una misión imposible.
Volvió a reír. Cada palabra sonaba más estúpida, él sonaba tan estúpido.
--Eres un idiota.
--Solo quiero darte la vida que te mereces.
--No te necesito para tener una buena vida.
Nuevamente el silencio inundó el lugar, la tensión estaba creciendo. Se sentía algo incómoda, pero no caería ante las mentiras del peliblanco.
--Jamás te pude olvidar...
Mentiras. ¿Cómo podía mentir sin vergüenza de tal forma?
--Te olvidaste de mi mientras follabas a otra chica, ¿no?-- Dijo ella, de manera burlona. --Smoker, escucha, no quiero perder más mi tiempo. Quiero que te vayas.
--No me iré de aquí hasta ver a mi hijo.
--Maldita sea. Eres demasiado estresante.-- Revisó la hora, apenas mediodía. --¿Qué acaso no tienes algo mejor que hacer?
--¿Algo mejor que hacer? ¿Qué puede ser mejor que tratar de conocer a mi hijo? ¿Qué puede ser mejor que darle una buena vida a mi familia?
--No somos tu familia, maldición. No quiero que mi hijo se llene en su inocente mente de mierdas.-- Sabía como pensaban la mayoría de hombres.
Su hijo era diferente. Claro, era un niño, todavía no pasaba por esa etapa de rebeldía o mujeres desnudas.
Pero quería que su hijo se convirtiese en un hombre respetuoso. Y sabía que Smoker no le iba a criar de tal forma.
--(T/N), maldita sea.-- Tomó su mano, ni siquiera podía moverla ya que la sostenía con fuerza. --Yo te amo.
--Me haces daño.
--Te quiero a ti, ¿sí? Te quiero solo para mi.-- Apretaba cada vez más fuerte.
--Me da igual, Smoker.-- Habló con claridad, forcejeando tratando de salir de aquel agarre. --T-Tengo a alguien más.
La sorpresa había abierto los ojos ámbar del hombre, quién fruncía el ceño con molestia y confusión.
--¿Alguien más? ¿Otro tipo?-- La de cabellos (c/c) asintió. --¿Qué? ¿Desde cuando? Tu tío jamás me comentó sobre ésto.
--Tal vez porque te debería importar una mierda.-- Seguía apretando su muñeca y ésta empezaba a doler.
--¿Quién querría una tipa como tú? Perdiste tu valor hace tantos años... Ni siquiera eres virgen.-- Ahora era ella quien fruncía su ceño, su sangre comenzaba a hervir. --¿Te entregaste a otro así como si nada? Eres una maldita zorra.
Una vez más el silencio fue parte del momento después del ruido de la palma de su mano chocando contra el rostro del varón.
--Vete a la mierda.-- Comenzó a empujarle, tratando de sacarle de su casa y él no se negaba tampoco. --Y ni siquiera pienses en regresar, pedazo de basura.
Cerró la puerta detrás de ella, dejando que las emociones saliesen a la luz. Lágrimas caían por su rostro y su respiración estaba agitada, no sabía lo que sentía en ese momento.
Tal vez era frustración. ¿Por qué los tipos tenían que ser de esa forma?
Tantas veces que diferentes hombres habían destrozado sus sueños, y aún así ella seguía levantándose, era difícil en un mundo donde los hombres dominaban, o al menos eso trataban de hacer.
Le parecía injusto.
CONTINUARÁ...
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Antes De Ti (Shanks x Lectora)
RomanceEl amor no es lágrimas, no es ansiedad o estrés, el amor no te lastima, el amor te da libertad y comodidad, un lugar seguro donde puedes ser tu mismo. Gracias a aquel pelirrojo, ella descubrió que el amor no es una jaula, si no un ave que te da feli...