𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑫𝑶𝑺

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"𝚈 𝚎𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚎𝚗𝚜𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚒𝚐𝚗𝚘𝚛𝚊𝚛"

"𝚈 𝚎𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚎𝚗𝚜𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚒𝚐𝚗𝚘𝚛𝚊𝚛"

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*Contenido sexual en el capítulo*

NICOLE MAYBANK

El cuerpo de Connell me arrincona justo antes de llegar a mi habitación. Tiene la respiración acelerada y sus ojos brillan de deseo. Uno de los cuadros que está sobre mí​ cabeza se balancea de manera brusca debido al impacto de mi cuerpo contra la pared.​ Sus manos acarician mi espalda por debajo de mi camiseta, despacio, deslizando las yemas de sus dedos por mi columna vertebral, provocando que un escalofrío me recorra el cuerpo. Nuestros labios aun no se han tocado. Estamos jugando a ver quien aguanta más sin besar al otro. Yo no paro de deslizar mi mirada de sus labios a sus ojos y de sus ojos a sus labios. Es un movimiento rápido, lleno de nervios, tensión y ganas. Muchas ganas. ​

Mis manos recorren su torso desnudo, con la misma lentitud con la que él me acaricia la espalda. Busco exactamente lo mismo que busca él. Provocar, llegar al límite. Poner nervioso al otro y hacer que caiga en la tentación y rompa la corta distancia que hay entre nuestros labios. Su abdomen se tensa bajo mi toque y su respiración se vuelve más pesada que antes. puedo notar su erección muy cerca de mi y eso hace que me sienta aún más impaciente de lo que ya estoy por entrar en mi habitación y terminar con lo que dejamos en la habitación del hostal de Carolina del Norte.

—Tú sí que sabes cómo lle​varte la victoria, reina del hielo —murmura, acercándose a mi cuello y deslizando la punta de su nariz por mi piel, como si estuviera aspirando mi olor.

—Te dije que era la mejor en el hielo, capitán —sus dientes muerden el lóbulo de mi oreja y no puedo evitar soltar un gemido.

—Me tienes a tus pies, Nicole. Ya hasta me da igual si quieres que me ponga un tutú para bailar. Soy todo tuyo —su confesión nos arranca una carcajada a los dos.

Coloco mis manos en sus mejillas y aparto unos centímetros su cara para observarlo. Tiene el pelo alborotado, los labios húmedos por habérselo relamidos en un intento por mantener el control. Yo me muerdo el labio inferior, deslizando mis ojos a sus labios de nuevo. Connell coloca sus dos manos a cada lado de mi cabeza y me arrincona aún más si es posible. Su voz es dura y grave cuando habla.

—Dime que quieres —mi respiración se acelera un ​​poco al oírlo—. Dime que quieres y lo hago, Nicole.

No tardo mucho más en colocar mis labios sobre los suyos. Es un beso hambriento, feroz. Siento como toda mi piel está viva y lista para reaccionar al mínimo contacto que Connell haga con sus manos. Una de las manos que tiene en la pared la enrolla en mi cintura durante unos segundos para después quitarme el pantalón corto que llevo puesto. De cintura para abajo, estoy desnuda. De cintura para arriba, él está desnudo.

SALVANDO MR SKI LOUNGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora