𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑻𝑹𝑬𝑺

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"¡𝙾𝚑 𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚊𝚗, 𝚖𝚒 𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚊𝚗!"

"¡𝙾𝚑 𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚊𝚗, 𝚖𝚒 𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚊𝚗!"

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CONNELL HOLLANDER

Nicole y yo compartimos unas cuantas miradas de un extremo a otro de la mesa. El silencio tenso e incómodo reina entre los presentes. Es la primera vez que nos sentamos todos juntos. Sabía que mi madre y la de Nicole habían hablado muchas veces porque la rubia venía a mi casa a jugar con mi hermana, o siempre se encontraban cuando iban a recogerlas a la pista de hielo. Pero tenerlos todos aquí presentes, después de que Nicole y yo hayamos estado un finde solos y que nuestra relación comience a florecer, hace que me sienta un poco acobardado. No por el hecho de la situación, sino porque esto implica algo que no sé si a Nicole le parece bien. Supongo que sí porque no me ha hecho ningún comentario al respecto y tampoco la he visto disgustada. Aun así, siento que he ido muy a la ligera y que, cuando mis padres me han propuesto ir todos a cenar para celebrar el triunfo de las chicas, debería haberles dicho que era demasiado pronto para eso. Aunque probablemente me saltarían con un «venga ya, Connell. Solo es una cena» o un «pero si a esta chica la conocemos desde hace años, ¿qué problema hay con que nos la presentes como algo más que tu amiga?». Eso sería muy de mi padre. De hecho, acompañaría la frase con un golpecito en el costado y sus cejas alzándose de manera exagerada.

El padre de Nicole carraspea y llama la atención de todos. Especialmente de su hija, que mira a su padre con los ojos abiertos al escucharlo y ver que va a tomar la iniciativa de dar pie a una conversación.

—Bueno..., supongo que estamos aquí para conocernos mejor... —JJ pasa sus ojos azules por todos los presentes de la mesa con algo de temor.

Nicole cierra los ojos mientras la veo murmurar algo. Seguramente esté pensando lo peor ante lo que pueda decir su padre. Al lado del rubio, John B se tapa la boca con el vaso intentando contener la carcajada. Martina mira a su mejor amiga con curiosidad y yo miro a mis padres, que no parecen haberse percatado de la situación que se está viviendo en la mesa. A veces admiro lo inocentes que pueden llegar a ser.

—¿En serio, tío? —JJ clava sus ojos en John B y espero nunca avergonzar al señor Maybank porque la mirada que le acaba de lanzar al castaño da mucho miedo.

—Tío John... —la voz de Nicole advierte a su tío. Este, le guiña el ojo y suelta una sonrisita.

—Ni caso a este —comienza a hablar John, llamando la atención de mis padres y mi hermana—. ¿Os cuento un secreto? Es sú​per divertido, me encanta contarlo —JJ se da cuenta por donde van los tiros y se incorpora en la silla.

—No.

—Claro que sí, ¿no has dicho que estamos aquí para conocernos mejor? Pues voy a dar una buena introducción sobre tu persona —John B sonríe y se cruje los dedos para comenzar a hablar—. Hace muchos, muchos años, cuando esta mujercita no existía ni estaba en el planteamiento de existir, el grupo al completo salíamos por ahí a disfrutar. Nos fuimos de camping a una zona salvaje de la isla. Total, que mi rubio y yo decidimos ir a buscar algo de leña para encender una fogata porque a alguien se le olvidó mirar el tiempo que haría por la noche —el castaño clava la mirada en su mejor amigo y alza sus cejas dejándonos claro quien es el culpable de aquello.

SALVANDO MR SKI LOUNGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora