Stay Close To Me. (Drarry/Harco)

V

- ¡¿Qué carajos, Potter?!

El moreno había tomado su brazo y los había aparecido a ambos en la que suponía, era su casa. Le sorprendió levemente los colores sobrios del departamento. Esperaba algo más Gryffindor, pero agradecía que el gusto de Potter por la decoración hubiera cambiado.

- ¡¿Qué estabas haciendo en ese lugar?! -Preguntó (gritó) Potter mientras se quitaba furiosamente su túnica y la aventaba al sofá que se encontraba cerca de él. Sus gafas se habían torcido en el proceso y molesto, las había aventado también en el sofá. Draco jamás lo había visto de esa manera.

- ¡¿Disculpa?! ¡¿Quién carajos te crees para cuestionar lo que hago?! -El rubio también estaba enojado, ¿ahora Potter se creía dueño de él? ¿Exactamente por qué estaba enojado con él? 

Potter respiró hondo y llevó sus manos a su cabello, jalándolo un poco pero no respondió. Malfoy levantó una ceja pues todo esto le parecía tan inverosímil y al ver que Potter no iba a decir nada más se dispuso a volver a su departamento (o al bar, quizás podría volver con William si Potter no lo había espantado lo suficiente) por medio de desaparición, pero no lo logró. Se golpeó mentalmente la frente pues era evidente que el moreno tendría protecciones en su casa para que nadie hiciera eso. Un jalón lo mantuvo pegado en el suelo y tardó unos segundos en recomponerse.

-No puedes estar con William. -Murmuró Harry mientras tomaba un trago de una copa que había aparecido y lo veía con enojo mal disimulado. Draco se obligó a no perder de nuevo la calma pues odiaba demasiado gritar si era innecesario, más si era por tonterías. 

- ¿Cómo sabes su nombre? -Inquirió con temor bien disimulado. Ni su cara ni su voz había mostrado el nerviosismo que había empezado a recorrer su columna.

-Él es una de las peores personas que existen en este país, no tienes ninguna idea de lo que ha hecho, de las leyes que ha quebrantado, de la gente que ha torturado e incluso asesinado.

- ¿Y eso por qué debería importarme? Por si lo has olvidado, yo también soy un criminal. -Levantó la manga de su túnica y mostró la marca tenebrosa, tan oscura como el momento en qué había sido marcado. Odiaba verla, pero quería demostrar su punto. El maldito punto de que a Potter no debería importarle lo que pasara con él fuera del trabajo. - Supongo que entre iguales nos atraemos. -Completó más para sí mismo, pero con intención de que el ojiverde lo escuchara.

-No Draco... Tú no eres un criminal... - Susurró mientras tomaba asiento. Draco apretaba la varita que aún tenía dentro de su túnica y las ganas de hechizarlo crecían segundo a segundo.

-Creo que no te he dado permiso de llamarme así, Potter. -Respondió, queriendo olvidar porqué sintió que su corazón se detuvo cuando escuchó su nombre de los labios del otro. No quería admitir que le había gustado escucharlo.

-Lo lamento. Solo, por favor, trata de alejarte de él. No es de fiar, te lo aseguro. Nada bueno sale de estar junto a personas como él.

Draco ignoró todo lo que dijo y rodó los ojos. Caminó hacia la puerta del departamento y una vez que estuvo afuera, desapareció.

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Soltó un pequeño jadeo de frustración, ¿qué demonios había hecho? ¡Claramente había arruinado todo!

Debió ignorar la urgencia qué sintió en su cuerpo que lo obligó a aparecer sin haber pensado ni siquiera el lugar. No entendió que había pasado hasta que reparó en que estaba en "Twins", un horrendo bar en el que solo asistían criminales. Abrió con furia la puerta, preguntándose por qué demonios estaba ahí y cuando lo hizo, la sangre desapareció de su rostro.