Stay Close To Me. (Drarry/Harco)

Extra 1. Los Malfoy.

¿Era en serio lo que Harry le estaba diciendo? Quería creerle y sabía que su esposo jamás le mentiría, pero lo que le había dicho era simplemente inverosímil. Harry lo miraba de reojo mientras él seguía limpiando la extensa biblioteca que ya tenían. Había decidido hacerlo sin magia pues le resultaba más relajante.

Y claro que Harry no le estaba ayudando.

- ¿Cariño?

Draco lo miró y enarcó una ceja, gesto que últimamente hacía mucho.

-Creí que estábamos bien con Teddy. - Respondió con leve reproche en su voz, y es que no podía evitar pensar en la probable reacción del chico de cabello azul.

-Y lo estamos, pero a veces extraño cuando era un bebé y cuando tuvimos que enseñarle a hacer de todo. Ahora es un chico fuerte y Merlín, tan independiente que apenas puedo seguirle el paso.

Draco asintió mentalmente, pero no quería darle la satisfacción a Harry de tener razón. Draco había estado con Teddy la mayor parte de su infancia y había amado cada una de las experiencias vividas con el chico y no podía negar que extrañaba eso. Además, la adolescencia estaba resultando un poco difícil para los tres integrantes de la familia Potter.

-Aun no entiendo cómo funciona...-Murmuró pensativo. Vio de reojo como Harry sonreía.

-Simplemente tendremos que buscar a una bruja que pueda y quiera hacerlo.

La falta de explicación y la mirada desviada de Harry encendieron las alarmas de su cabeza, claramente Harry no le estaba diciendo lo que él ya había deducido.

- ¿Tendría que haber sexo...? -Se aventuró a preguntar, mordiendo su labio.

Harry abrió los ojos horrorizado, levantándose hasta llegar a él.

- ¡Por supuesto que no, cariño! Solo tendríamos que poner nuestra parte en un recipiente y los del laboratorio se encargan del resto. El nuevo hechizo permite que de ambos hombres pueda nacer un bebé, siempre que sea gestado por una bruja. Tendría por completo nuestro ADN.

- ¿Has pensado en qué pensaría Teddy de todo esto? Sabes que ahora está siendo todo difícil para él y no quiero exponerlo a más estrés del que está viviendo.

Harry torció la boca y asintió pensativo. Pocas semanas atrás, Rita Skeeter (quien se encontraba en América) había descubierto donde vivían y los había atosigado con firmeza para que ambos dieran extensas entrevistas sobre lo que había pasado 11 años atrás. Draco pensaba que no había nadie que recordara el juicio y sus consecuencias, pero claramente estaba equivocado.

Con el pasar de los años, Draco se había acostumbrado a ese tipo de preguntas. Y sabía que para Harry nunca había dejado de ser algo cotidiano. La cosa cambió cuando fue la misma Skeeter quien decidió perseguir a Teddy, producto de las constantes negativas por parte de los Potter.

A sus trece años Teddy era un excelente mago, primero en Ilvermorny y Harry y Draco no podían sentirse más que orgullosos. Dominaba con elegancia cualquier hechizo que se le enseñara, haciendo apenas correcciones. Y por supuesto, era el mejor en pociones.

Y a pesar de que podía ir y volver a su casa durante el curso, había decidido tomar un año de internado en Ilvermorny (con objeción de Draco, pero no de Harry). Todos en Ilvermorny sabían que el profesor Potter era padre de Teddy y aunque Teddy ya sabía la verdad sobre eso, no había querido decir la verdadera naturaleza de su relación.

De cualquier manera, era tan bueno que nadie podía acusarlo de favoritismo.

Sin embargo, un día, el chico había echado tanto de menos a su papá Draco que había huido del colegio, (¡Gracias por darle la capa, Potter!), dispuesto a llegar a su hogar. Los profesores lo habían reportado de inmediato, pero nadie sabía (excepto Harry y Draco) como lo había logrado. El chico había caminado por horas hasta llegar a una de las tantas entradas al mundo nomag, agradeciendo que la estación del metro se encontrase cerca.